El modo de calibrar un fichaje en ciclismo siempre atiende a las condiciones del corredor en cuestión, y a lo que el equipo en el que recala le puede ofrecer… y viceversa. Es común que se argumenten solapas en el calendario o actitudes en la estrategia para cuestionar un fichaje. En el caso del de Giovanni Visconti, campeón italiano en ruta, por el Movistar Team no es menos. Anunciado oficialmente esta misma mañana ya ha sido objeto en Twitter y foros de comentarios cruzados e incluso de alguna discusión. La opinión del que escribe es bien clara; el fichaje del siciliano por el equipo navarro es un acierto sin per0s. Es una unión (casi) perfecta, que solo se discute por la bola que el equipo le ofrezca en el diseño de su maillot y en una cuestión más importante. ¿Encajará el italiano en el Convento?

En Farnese-Vini (como en ISD-Neri el año anterior), ha disfrutado de un calendario limitado y de un equipo no muy potente. Ha sumado victorias, pero no ha llegado lo lejos que podría haber llegado con un equipo que le asistiera en instantes claves… y en carreras de nivel, de la categoría que tiene el portador de la tricolore. Movistar Team, sin embargo, tiene un equipo potente pero al que le faltan líderes en determinadas carreras. Este año, ya contando con 19 victorias, está suponiendo para los navarros el triunfo del trabajo solidario y en equipo, pero con un killer en sus filas, algo similar a lo que ha sido Valverde de 2005 a 2010, aunque con un low profile más que evidente, podrían estar en torno a las 25 victorias.

Giovanni Visconti Movistar Team

Y eso es lo que busca Unzue para 2012. Un corredor que pueda asistir y combinarse con Valverde en las grandes clásicas de abril… pero que a la vez sea un ganador, un killer que actúe como líder en algunos momentos del competidísimo calendario Pro-Tour. Visconti podría ser líder en muchas carreras. En las carreras italianas a las que acude Movistar Team en la primavera, donde tanto en la Tirreno-Adriatico como en laMilan-Sanremo, combinándose con José Joaquín Rojas o Fran Ventoso o el mismo Valverde, podría tener un papel muy destacado. También tendría la oportunidad de rendir en las clásicas de cotas y tener oportunidades reales en Monumentos, donde hasta ahora solo ha destacado en un par de Giros de Lombardía (antes incluso de estar bajo las órdenes de Scinto). El Giro también debería ser su carrera, acudiendo con cierta libertad en etapas donde pueda destacar.

La pregunta que muchos se hacen es, ¿podrá Unzue conseguir que Visconti entienda el sacrificio exigido en su estructura? ¿Será capaz el italiano de entender que las oportunidades quizás sean menores pero de más calidad? En las últimas temporadas han sido varios los corredores del conjunto navarro quienes han chocado de frente con esta manera de entender el ciclismo y el trabajo en equipo. Joaquim Rodríguez terminó saliendo en búsqueda de libertad y liderazgo en Katusha. Algo similar ocurrió el pasado año con Rigo Urán, quien sin haber destacado en grandes escenarios no aguantó la jerarquía del equipo y salió rumbo a Sky. También Rui Costa chocó de frente con el modus operandi de Unzue, aunque parece que sí ha pasado por el aro y en su vuelta ha trabajado por y para el equipo y ha aprovechado las oportunidades que ha tenido. Incluso en los años de Alejandro Valverde como líder absoluto del equipo, siempre que el murciano se ponía un dorsal sus compañeros estaban dedicados en exclusiva por y para el de Puerto Lumbreras.

El éxito de la unión de Visconti y los navarros estará en la capacidad de adaptación de las dos partes. En lo que el campeón italiano entienda que en varios momentos de la temporada deberá sacrificarse por y para el equipo, por otro compañero, y también en la medida en que las directrices del Movistar Team vayan dedicadas a buscar el triunfo de Visconti apostando por su talento y madera de killer. Carreras italianas y clásicas hasta abril, el Giro de Italia y también la parte final del calendario (clásicas italianos de agosto y octubre, pasando por Canadá o correr la Vuelta) son opciones de sobra para que ambas partes entienda que, si quieren, la unión entre ellos puede ser perfecta.