Aquí estoy de nuevo tras una intensísima Vuelta a Burgos para contaros lo que me dejé en el tintero, ¡como fue la crono y las dos últimas etapas!

Como ya os dije llegamos a Belorado satisfechos de nuestro tiempo y de cómo habíamos realizado la crono, ya que con dos corredores tocados que apenas pudieron entrar al relevo fuimos seis los que llevamos el peso y más concretamente el orden establecido de relevos dejaba claro que a un corredor que tenía que tirar más le seguía uno que tenía que tirar menos, es decir, Ricardo, Beñat, Noel, Aritz, Cabedo y Adrián. La verdad es que me sentí muy cómodo, era una crono para gente como yo, capaces de mover un buen desarrollo y que rueden con fuerza aprovechando el aire y el terreno favorable, ¡para sacar media de 64km/h! Así que lo dimos todo en los 11 kilómetros y llegué a meta con la sensación de que se me había hecho muy corta, ¡más aún después de tanto calentar! Pero como os digo, satisfechos porque somos un equipo pequeño que apenas hemos podido entrenar un día los relevos con las cabras y no estamos habituados a este tipo de cronos, ¡aunque a mí me encantan!

El sábado llegábamos a Clunia y se preveía un día de aire en el que Movistar intentaría poner tensión para eliminar algún corredor antes de la etapa reina de Las Lagunas. Y vaya si lo hizo, con una última hora de carrera de locos, acabando con media de 44km/h y sin poder ni comer en la segunda mitad de carrera. ¡menuda tensión! ¿Y eso por qué? Pues yo creo que porque la gente llegó con las fuerzas intactas al final, ya que el día anterior habíamos hecho un esfuerzo bastante corto, y la fuga de ese día si que se hizo “de pito”, la primera de todas, ni 500 metros duró el arreón inicial así que al final tocó encunetarse durante bastantes kilómetros hasta que a falta de 20 kilómetros, ¡zas! La cuerda se rompió, no se si alguien hizo el afilador pero varios corredores se vieron envueltos por la gran velocidad y la poca reacción que tienes cuando se va en fila de uno por la cuneta. A mí me toco pegar un frenazo y me dí un golpe en la rodilla que menos mal que al final no fue nada, pero ya no hubo opción a disputar la llegada porque el grupo se partió en dos y no dejamos de ir de nuevo enfilados por la cuneta hasta meta, donde Richi dio una vez más al palo. Está haciendo un año increíble…

Buscando la escapada en la 5ª etapa

Y el domingo jornada de alta montaña, con un final muy duro y un inicio muy rápido de nuevo. Salí con muchas ganas pero una vez más me quedé a las puertas ya que el corte más serio, que habría sido el bueno si Katusha no tuviera un equipo tan fuerte . Eramos demasiados, unos diez con los hermanos Herrada, Astarloza, Victor Hugo Peña,..así que tras una intensa persecución en la que ya iba con el gancho, nos cogieron cuando empezaba un repecho, y medio minuto después ya estaba hecha la fuga buena. Por lo menos entró Cabedo dando presencia al equipo. Y así llegamos a la zona de los puertos tras una segunda hora más calmada, luchando por la posición para dejar bien colocado a Richi y a Bizkarra. Mis sensaciones eran buenas a pesar de haber gastado mucho al principio así que no me moví de los primeros puestos hasta que empezamos Rozavientos donde Euskaltel puso un ritmo fortísimo que hizo pasar un mal momento a Richi, así que le cogimos Adrián y yo por detrás e intentamos animarle y llevarle hacia delante tras coronar el puerto. Íbamos cogiendo gente y llegamos a un grupo en el que iba Bizkarra, que fue el que le marcó el ritmo en la última subida a Neila, aunque ya fue imposible mantener el top ten porque se había ido muy rápido por delante. ¡Pero la Vuelta que se marcó Ricardo fue espectacular!

Me voy de Burgos con la sensación de que me faltó suerte en los momentos importantes, a la hora de coger la fuga y en el que quería que fuese mi día en la cuarta etapa, pero creo que he peleado mucho por hacerlo bien y sigo con mucha hambre de bici para seguir dando guerra en las dos carreras que nos quedan en el mes de Septiembre.