Heredero de Mapei, Quick Step ha sido durante años uno de los conjuntos más potentes del pelotón (aunque no está pasando su mejor momento). Ha dominado las clásicas durante años y siempre ha obtenido numerosísimas victorias a lo largo de la temporada, también en el Tour de Francia, pero nunca ha luchado por la clasificación general. Durante años hemos visto flashazos de esforzados ciclistas, los primeros en arribar con la camisa blanquiazul del conjunto de Lefevere, llegar a las míticas cimas de Alpes y Pirineos, en pequeños grupos a varios minutos del vencedor. Son imágenes en las que sólo los más acérrimos seguidores de un equipo normalmente se fijan. Estos dos últimos años, Kevin De Weert era el protagonista de esa agónica fotografía. ¿Kevin De Weert?

Kevin De Weert, homenaje al gregario.

Si a la universidad de North Carolina se le conoce en baloncesto como La Fábrica, bien podríamos llamar también así al filial de Rabobank, donde empezó su camino De Weert en profesionales en 2002. Buenas sensaciones, contrato por dos años con el primer equipo, Quick Step, Cofidis y vuelta al equipo belga en 2009. Allí por donde ha pasado ha sido gregario, cuando ha tenido suerte de ir la carreras importantes; o un ciclista más en calendarios C para sus equipos, donde no ha conseguido hacer buenos resultados que le den nombre u oportunidades de ser capitán en alguna prueba. No se le puede exigir mucho más teniendo en cuenta las seis operaciones en rodilla, cadera y clavícula que han lastrado su trayectoria durante años.

Tras ser 20º en la Vuelta 2009, en su quinta participación, el año pasado se estrenó en la ronda gala con un honorable 18º puesto, sin llegar ninguna etapa entre los diez primeros. Aun así, era uno de sus mejores resultados desde aquella lejana quinta plaza en el Tour del Porvenir 2002. De cualquier manera, Sylvain Chavanel ya había justificado la participación durante la primera semana. Sin embargo, él se había ganado la confianza del equipo. “Tienes carta blanca para preparar el Tour del año que viene”.

Y llegó el 2011, 38 días de competición de cara al Tour de Francia. Y en pruebas de calidad. Algarve, Niza… saltan las alarmas. Caída en la quinta etapa, abandono y visita al hospital. Otra más… No puede reaparecer hasta Romandía y Dunkerke, saltándose por el camino Volta y Flandes. Pese al revés en su preparación, ya en Suiza obtuvo un meritorio 17º puesto en una de las mejores vueltas de una semana de los últimos tiempos. Campeonatos nacionales y al Vendée.

Después de posiblemente una de las quincenas iniciales de Tour de Francia más aburridas de la historia, se llega al segundo día de descanso con los Pirineos en las piernas, los Alpes en el horizonte, un mar de dudas no resueltas sobre la resolución de la carrera y ¡De Weert en décima posición! Sin la calidad que atesoran muchos de los corredores que iniciaron la Grande Boucle, en una demostración de constancia y tesón, Kevin mantenía un puesto de honor pese a no poder aguantar ningún día con los mejores, exprimiéndose mental y físicamente en carrera pese a perder contacto a bastantes kilómetros de meta. Demostrando ser buen conocedor del oficio. Sin embargo, pese a que había aparecido en la clasificación, todavía no lo había hecho en carrera. Tras su peor día en la carrera en el col de Manse, salió a la estela de Roche camino de Pinerolo, para recuperar posiciones en la general. Pese a que el esfuerzo no tuvo el rédito que parecía en un principio, De Weert nos dejó una magnífica subida a Sestrieres, donde sacó varios minutos al pelotón de Europcar y al grupo de fugados que había por delante sin pedir un solo relevo a sus compañeros de fuga. Era, por fin, su momento. En los maravillosos días de ciclismo alpino, el de Tremelo mantuvo el rendimiento de los Pirineos, y tras la crono, retuvo la 13ª posición en la general final, primer belga.

De Weert subiendo Sestrieres con Hoogerland y Roche.

Pero además, este año sí es importante. Tomó las riendas de un equipo descabezado por las caídas de Boonen y Chavanel, que ha acabado sin victoria de etapa. Luchó por un top-10 que estuvo cerca de conseguir (aunque hay que dar, seguramente, las “gracias” a las caídas de la primera semana). Y por último, llevó el nombre del equipo por las cumbres más famosas del planeta, el primero en arribar con la camisa blanquiazul del conjunto de Lefevere, este año, a bastantes menos minutos del vencedor.