¡Muy buenas!
Aprovechando el día de descanso del Tour hoy os voy a hablar sobre varios corredores que me han sorprendido en carrera, y el primero de ellos es, y con todo merecimiento, ¡Jens Voigt! No os voy a descubrir nada sobre él, un auténtico trabajador de los pies a la cabeza y que con casi 40 años sigue dándolo todo en la carrera francesa por sus líderes, aunque se caiga ya le habéis visto dando chepazos llegando más lejos que muchos otros compañeros como Maxime Monfort, Jakob Fuglsang o Linus Gerdemann, ¡a los que ni siquiera dejaba dar un relevo! Es un corredor que me ha impresionado desde que corrí con el en Mallorca el año pasado, en un momento en que me cerró, se dio cuenta y no paró de decir “excuse me, excuse me” durante medio minuto. El único que lo hizo en todas las vueltas al circuito de Palma en lo que parecía la ley de la selva. Un detalle por su parte, que no hizo más que confirmarme que corredores como él no abundan, sino echadle un ojo a la carta que escribió a los aficionados vascos.
El otro día ya os hablé de Hoogerland y Flecha, otros dos ciclistas que se merecen toda mi admiración mucho antes de su caída, porque son de los que no se cansan de luchar, que siempre están en la pomada y que nos hacen disfrutar de etapas aparentemente sin mucha historia como este año está haciendo Jéremy Roy, un ingeniero en fugas al que me encantaría parecerme un poquito, ¡como le gusta hacer a Thomas Voeckler y como lo hacen todos los pirados de C&H! Desde aquí, mi más sincero agradecimiento por su entrega y sus ganas de dar guerra y en especial al pobre Vinokourov que ha tenido que dejar el ciclismo -aunque no me extrañaría que volviese porque ciclistas así no se rinden fácilmente- pero lo ha hecho atacando, como siempre.Y si comparásemos la potencia que generan estos corredores que están en fuga un día sí y otro también nos llevaríamos más de una sorpresa, porque los “favoritos” a la victoria final cada vez son más conservadores y sólo van al máximo en el último puerto, pero estos “pirados” -benditos pirados- van toda la etapa gastando muchísimo más y a veces aguantan al final a los favoritos, algo que estuvo a punto de hacer Vino en Saint Flour, que logró De Gendt en Suiza ante Andy Schleck o que la valentía de Samu consiguió en Luz Ardiden. Claro que muchas veces la victoria no se la lleva el que más meritos hace, y sino contárselo al pobre Roy en Lourdes, pero gente así no se rinde, una de las cosas que más me gusta del ciclismo, ¡y seguro que lo volverá a intentar!
Mientras tanto sigo con mi rutina de entrenamientos, sumando metros ascendidos, minutos de mucha calidad, ¡y las sensaciones no dejan de mejorar! Cada día estoy más optimista de cara a Ordizia, Getxo y Burgos.
¡El próximo día os contaré como es un día 100% ciclista en una vuelta por etapas!
¡Un saludo!