Alberto Contador (SaxoBank – Sungard): El pinteño encara su 5º participación en el Tour de Francia con la vitola de máximo favorito para la victoria final, lo que sería su 4º victoria en la ronda gala a la espera de lo que tenga que decir el TAS. No lo tendrá fácil. A la sentencia que tendrá que dictar el Tribunal de Arbitraje Deportivo, que posiblemente se produzca durante el Tour, Contador también tendrá que soportar la presión de un país que se ha mostrado en su mayoría reacio a que el español no dispute el Tour, además cuenta ya con un Giro de Italia durísimo en sus piernas que también le hará más difícil conseguir la victoria. Para intentarlo, cuenta con todos sus escuderos; Noval, Jesús Hernández y Dani Navarro se unen a los sólidos gregarios Richie Porte y Anker Sorensen que intentarán facilitarle la vida al madrileño.

Contador luchará por su cuarto Tour de Francia

Ivan Basso (Liquigas-Cannondale): es a priori, el hombre que puede hacer sombra al dúo Contador y Andy Schleck. Tras su incontestable victoria en el Giro 2010 tras su regreso de la sombra, la segunda parte del Tour se le hizo cuesta arriba cayéndose en la clasificación general. Esta temporada, tras descansar en el Giro, centra su objetivo en la ronda gala. La preparación no ha sido la esperada tras la caída en el Etna y el rendimiento visto en la Dauphiné, pero tras semanas de aquello ha podido recuperarse plenamente para llegar en óptimas condiciones para luchar por la victoria final. Su principal inconveniente será el equipo que lo rodea. Tras hacer aguas en el Giro lleva el mismo camino.

Andy Schleck (Leopard – Trek): Siempre desafiante y optimista sobre sus posibilidades en el Tour, el problema de Andy Schleck vuelve a llamarse Alberto Contador. En 2009 y 2010 el luxemburgués realizó dos carreras notables en la lucha por el maillot amarillo, difíciles de mejorar, tanto que el año pasado estuvo en la pelea por la general hasta la última contrarreloj. Fue una evolución respecto a 2009, donde compitió bien pero no puso en jaque a Contador en ningún momento. Los pocos kilómetros contra el crono, incluyendo la ausencia de prólogo -buena parte de la ventaja de Contador en 2010 fue obtenida ahí- le favorecen, así como la fortaleza del Leopard, a priori más poderoso que SaxoBank. Pese a esto, su suerte parece depender más del desempeño de Contador que del suyo propio.

Cadel Evans (BMC): No es fácil saber qué esperar del ex campeón del mundo en su séptima participación en la ronda gala. Después de un par de ediciones rondando el top5 y otras dos en las que luchó por la victoria hasta el final, en los dos últimos años Evans reventó en una etapa de montaña y terminó lejos de los mejores en la general. Llega a Vendeé con grandes resultados en la temporada (generales de Tirreno y Romandía, más el segundo puesto en el reciente Dauphiné) que aun así no nos permiten sentenciar si a los 34 años ya se le ha pasado su momento en el Tour.

¿Podremos volver a ver a Evans de amarillo?

 

Robert Gesink (Rabobank): el espigado corredor holandés (¡HOLA AMAT!), aún en edad de conseguir el maillot blanco, sin Menchov como líder del equipo para la más prestigiosa de todas las carreras del ciclismo, llegará a la Vendée por primera vez con toda la responsabilidad del equipo en Francia. Además, Breukink y compañía lo han echado todo por él, dejando a Freire en casa y dando prioridad al rol de líder del neerlandés poniendo a su servicio a una cantidad de corredores que suman un talento espectacular: Mollema, Luisle, Barredo, ten Dam, Gárate, etc. Equipazo.

Jurgen Van Den Broeck (Omega Pharma – Lotto): su inicio de temporada había sido malo y en París-Niza e Itzulia daba la sensación de ser un ciclista a años luz del que se consagró el año pasado en el Tour, pero ya en las clásicas de las Ardenas se reveló como un buen apoyo de Gilbert y confirmó su mejoría en Dauphiné, donde se llevó el primer triunfo de su carrera. Su solidez en la montaña y ser un correcto croner hacen de él un buen outsider, aunque el hecho de que su equipo esté centrado en otros frentes con Gilbert y Greipel hace que pueda perder echarlo de menos en ciertos momentos de la carrera.

Chris Horner (RadioShack): el ciclista más veterano de cuantos participan en el Tour es, además, uno de los candidatos a copar los primeros puestos de la clasificación general. En una temporada de nuevo exitosa para sus intereses donde logró imponerse en el Tour de California y ser segundo en País Vasco, espera mejorar el décimo puesto de la temporada pasada que tiene como mejor resultado. Con una preparación más minuciosa y con un desgaste menor mejorarlo está al alcance de sus piernas, aunque la suma de esfuerzos durante tres semanas corren en su contra.

Andreas Klöden (RadioShack): otro del club de los veteranos de RadioShack. Los años parecen no pasar para el teutón como a sus compañeros de equipo Chris Horner y Levi Leipheimer. Tras un comienzo de temporada espectacular que le llevó a la victoria en la Vuelta al País Vasco o al segundo puesto en la París-Niza. Tras los segundos puestos de 2004 y 2006 se antoja complicado mejorarlo, pero tras una preparación óptima el pódium puede estar al alcance de las piernas de un Andreas Klöden que destaca por su regularidad, base principal en una carrera de tres semanas.

Samuel Sánchez (Euskaltel – Euskadi): Tras haber firmado una discretísima actuación durante todo lo que llevamos de temporada, llega Samuel Sánchez al Tour dispuesto a mejorar el cuarto puesto que consiguiera el año pasado. Tarea bastante difícil puesto que este año hay muchos corredores que se han marcado como objetivo realizar una buena general y que parecen estar en mejor forma que el asturiano, pero si algo sabemos de Samu es que tiene bastante perseverancia y no se rendirá. El equipo que le arropará tampoco es el más apropiado para poder tener ventaja respecto a otros ciclistas, siendo Amets Txurruka el gregario más fuerte de Samuel. Pese a ello, el año pasado ya demostró que puede hacerlo bastante bien aunque no cuente con un equipo fuerte y este año, como también se ha preparado a conciencia para el Tour no hay que olvidarse de él.

Bradley Wiggins (Sky): El wonderboy de la edición de 2009 deberá combatir con la explicable maldición que suelen sufrir los ganadores del Dauphiné en el Tour. No obstante, el cambio ha sido a mejor: el Dauphiné ha sido casi el único momento de brillo del británico desde que sorprendió a propios y extraños aguantando la montaña con los mejores hace dos temporadas. El problema es que su principal virtud se va a ver totalmente minimizada y el formidable talento para la contrarreloj de Wiggo sólo aparecerá en la víspera de París.

Wiggins regresó a su mejor nivel en la Dauphiné

 

Ryder Hesjedal (Garmin-Cervélo): de todos los Transformers que ha ido sacando Vaughters estos últimos años (Vande Velde, Wiggins…), el canadiense es el que menos sospechas ha levantado, sobre todo porque siempre ha demostrado valía cuando la carretera se empinaba (ganador de la etapa de Velefique en la Vuelta 2009). Regular en las subidas y defensivo en las cronos, el año pasado terminó 7º a 45″ de Robert Gesink. Este año será quien lidere a Garmin-Cervélo en la general.

Levi Leipheimer (RadioShack): Es complicado imaginarse a este veteranísimo volver -si alguna vez lo hizo realmente- a lo máximo en el Tour de Francia. Lo cierto es que con 37 años viene de ganar la Vuelta a Suiza con una gran crono final y de terminar con el segundo puesto en California, sólo superado por el estratosférico Horner. La compleja estructura del RadioShack, con Klöden, el propio Horner, Levi y Brajkovic, marcará el destino de su Tour, con más o menos sacrificio.

Tony Martin (HTC – Highroad): ganador de la París-Niza -con un recorrido poco montañoso y una crono que mandaba claramente en la Course au Soleil-, tiene en el Tour su primer gran reto del año (junto con el Mundial de crono en Copenhagen). No por buscar una hipotética victoria o ni siquiera por entrar en el podium, sino por probarse a sí mismo que puede estar delante y seguir evolucionando en el futuro. No tiene a su favor el mejor de los recorridos, con una TTT de 23 km. y una individual que no llega a 50, así que en lo que haya mejorado cuesta arriba deberá estar su salto de calidad y la apuesta por un posible Top10.

Fränk Schleck (Leopard – Trek): Lo tendrá difícil el hermanísimo para poder pelear por el triunfo final en el Tour, pues como es evidente, el primer objetivo será ayudar a su hermano a batir al favorito en todas las quinielas, Contador. Es por esto que solamente podrá optar a la victoria si las circunstancias de carrera se lo permiten, esto es, si Andy sufriera algún percance que le alejara de la general, ya sea por caída, abandono o cualquier otro problema que sufriera su hermano. Si esto no sucede, el objetivo de Frankie es ayudarle e intentar cazar alguna etapa para redimirse del accidentado Tour del año pasado donde sufrió una rotura de clavícula tras la caída que tuvo en la etapa del pavé.

El principal aliado de su hermano, y por qué no, ¿un candidato por si pincha?

Alexander Vinokourov (Astaná): Parece que la lucha por el amarillo ya queda un poco lejos para el kazajo que parece encontrarse ante su último año como profesional. Por esto, intentará dejar un buen sabor de boca en el que probablemente sea su último Tour de Francia. 37 años pesan a cualquiera y aunque Vinokourov sea un corredor combativo y peleón, ya parece que su último tren ha pasado, pero no hay que olvidarse de él puesto que, pese a que quizás no pueda ni optar al podium, si puede jugar un papel crucial en la carrera mediante ataques que rompan el pelotón o situaciones similares. Aún así, partirá como líder de su equipo y quizás el trabajo de corredores como Di Gregorio o Kreuziger le puedan llevar más arriba de lo que en un principio podría hacer.