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A la temporada de ciclocross le ha costado arrancar. Un verano largo como no se recuerda ha dado paso a un otoño de contrastes, pero lo cierto es que se acerca el final de noviembre y hay que empezar a sacar las primeras conclusiones sobre la disciplina invernal del ciclismo.

El prematuro adiós de Niels Albert debido a unos problemas cardíacos diagnosticados en primavera dejaba entrever un año de dominio avasallador de Sven Nys, pero nada más lejos de la realidad. Tras siete pruebas de las competiciones clasificatorias (Copa del Mundo, BPost Bank Trofee y Superprestige) se cuentan siete ganadores distintos. Han ganado los favortios, los outsiders e incluso los beloften. ¿Quién dijo que el ciclocross es un deporte previsible donde siempre ganan los mismos?

Sin respeto por las canas

Cuando en 2012 la UCI permitió a Lars van der Haar competir entre profesionales, muchos aplaudieron la iniciativa. Un caso diametralmente opuesto al de Niels Albert, que fue obligado a permanecer en categoría beloften cuando a Lars Boom y Zdenek Stybar les tocó la hora de dar el paso al profesionalismo. No había más que progresar rodeado de sub 23 y se decidió que había llegado de derribar una barrera un tanto arcaica.

Su primera temporada entre profesionales fue dura, sin una sola victoria hasta que llegó el descafeinado campeonato nacional, donde rompió la hegemonía de Lars Boom antes de colgarse el bronce en Louisville. Un año de adaptación en toda regla, de menos a más. Tal fue el éxito que en su primera temporada ‘real’ como profesional ganó la Copa del Mundo, incluyendo tres de sus siete pruebas, y animó a la UCI a repetir la iniciativa con la prodigiosa generación que le sucedía. A la cabeza, los dos grandes nombres del panorama beloften, Mathieu van der Poel y Wout Van Aert.

El neerlandés fue el primero en golpear en el Superprestige de Gieten. Casi en pretemporada para el resto de sus rivales, llegaba en un estado de forma óptimo tras haber preparado a conciencia su presencia en el Mundial de Ponferrada y gracias a una increíble remontada en las dos últimas vueltas se hizo con la victoria. Veni, vidi, vici. Una irrupción comparable a la de Peter Sagan en Paris-Nice ’10.

Aquel primer domingo de octubre había presentado su candidatura a rookie del año, pero su alter ego belga no estaba dispuesto a ponerle las cosas tan fáciles, y eso que había muy pocas formas de devolver el golpe. Una de ellas, ganar al mismísimo Sven Nys en un uno contra uno bajo la atenta mirada del Koppenberg… y de Jan Denuwelaere. El beloften derrotó a la leyenda.

Los campeones ondean sus banderas

Con la retirada de Niels Albert quedaba un enorme vacío en la jerarquía del ciclocross. El gran azote de Sven Nys desaparecía del mapa y no eran pocos los aspirantes a ocupar su lugar. Por encima de todos sobresalía un nombre, Lars van der Haar. Los campeones nacionales de Bélgica y Países Bajos estaban destinados a ser los protagonistas de un nuevo duelo que marcase la temporada, y aunque siguen siendo las principales referencias se les están colando algunos actores secundarios un tanto inesperados.

El menudo corredor neerlandés está mostrando un buen nivel durante estos dos primeros meses de competición. El año pasado no tomó partido en el BPost Bank Trofee y se centró únicamente en la Copa del Mundo y el Superprestige, pero en esta campaña ya está metido de lleno en la dinámica de sus rivales disputando los tres torneos, en los que ha dado un paso adelante más en cuanto a solidez que en cuanto a victorias. De momento solo acumula una, la conseguida en Valkenburg, donde calcaba la estrategia de 2013 para tomar el Cauberg por segunda edición consecutiva.

Allí el Kannibaal volvió a toparse con la maldición que le acecha en la competición de la UCI durante los últimos cinco años, y una vez más tendrá que echar el resto en el Superprestige y el BPost Bank Trofee. Es el antiguo Gazet van Antwerpen Trofee el que tiene más encaminado gracias a su única exhibición –junto a la ofrecida en el Jaarmarktcross de Niel, competición ajena a los tres grandes circuitos– en lo que llevamos de curso. Fue en Ronse, en la cita inaugural del torneo clasificatorio por tiempos, donde dominó la carrera a su antojo de principio a fin, hasta el punto de entrar a meta con 50” sobre el segundo clasificado, dejando la general vista para sentencia desde el primer momento.

Regresos en el mejor momento

Noviembre es el mes del Superprestige. Mientras el resto de competiciones se toman un respiro, la decana acelera su calendario con cuatro carreras en los cuatro domingos del mes. De momento hemos vivido tres de ellas, y las tres han tenido por vencedores crossmen que bien podrían haber estado llamados a ocupar el lugar de Niels Albert, de no haber sido porque la temporada pasada perdieron gran parte de su crédito.

Hablamos de Kevin Pauwels, Tom Meeusen y Klaas Vantornout. A nadie deberían sorprender sus victorias, siendo hombres de contrastada experiencia y calidad que saben lo que es brillar en grandes escenarios, pero su irrupción ha llegado en el mejor momento. Han abierto el abanico de favoritos acabando de golpe y porrazo con la amenaza de un nuevo duopolio en el mundo del ciclocross.

Especialmente noticiable es el caso de los corredores de Sunweb-Napoleon Games, que tras un año en el que entre ambos consiguieron únicamente dos victorias en los torneos clasificatorios han vuelto a su mejor nivel. El rubio de Ekeren está de vuelta, como demostró en el anfiteatro de arena de Zonhonven y vuelve a esbozar aquella versión de hace tres años cuando se proclamó ganador de la Copa del Mundo y el Gazet van Antwerpen Trofee. Por su parte, el espigado ciclista de Torhout, con el recuerdo de su campeonato nacional de 2012 en las mangas de su maillot ha vuelto a saborear las mieles del triunfo con una incontestable victoria en el barro de Gavere.

Si el regreso de los chicos de Mettepenningen es una muy grata noticia para el mundo del ciclocross no lo es menos el del discípulo de Van Karsteren en Telenet-Fidea. El equipo amarillo y celeste tomó hace un tiempo la decisión de apostar por Tommeke, pero su clase ha salido a relucir a cuentagotas, y en el mes de febrero. Hasta que en este mes de noviembre ha dado el paso adelante que hace tanto tiempo se esperaba de él y tras abrir la lata en Ruddervoorde está recordando a los aficionados su mejor versión; un auténtico prodigio de la técnica que nunca se da por vencido.

¿Seguimos para bingo?

Todo lo que sea seguir acumulando nuevos ganadores será una sorpresa. Llegados a mediados de noviembre han alzado los brazos tantos corredores como lo hiciesen en toda la temporada anterior. Sin embargo, aún hay nombres que pueden sumarse a la lista empezando por el campeón mundial Zdenek Stybar siempre que, como El Almendro, vuelva al barro por Navidad. También será interesante ver lo que pueda ofrecer el ocho veces campeón francés Francis Mourey, que centrado en la Coupe de France solo se deja ver en el extranjero en las pruebas de la Copa del Mundo.

Mucho más difícil sería narrar durante los próximos meses triunfos de hombres como Bart Aernouts, Rob Peeters, Thijs van Amerongen o Philipp Walsleben, crossmen instalados en la élite de la disciplina desde hace ya algunos años que no han podido estrenar su casillero en los torneos clasificatorios. Algo que sí que han conseguido viejas glorias que nunca llegarán a acercarse a su mejor versión como Bart Wellens o Sven Vanthourenhout, pero también corredores de segunda fila como Jan Denuwelaere o Martin Bína.

Por último no hay que olvidar en ningún momento a la nueva savia. Dos beloften han ganado ya, así que aunque mucho más complicado que en el caso de sus compañeros de generación, quién sabe si el tercero en discordia, Michael Vanthourenhout, puede conseguir el hat-trick. Pero más allá del Sub23 hay mucha vida en el panorama joven con talentos como Corné van Kessel o Wietse Bosmans dispuestos a dar un paso al frente.