Foto © MarkGunter

Foto © MarkGunter

Durante estos meses de final de 2014 e inicio de 2015 llega el tiempo de los análisis, y entre todos ellos, uno algo especial, el de Drapac Cycling, el ProConti que no fue. Si alguien en su día no escuchó la noticia del ascenso de la formación autraliana a la segunda división del ciclismo profesional bien podría estar enterándose en estos momentos de su status al haber pasado completamente inadvertidos durante la temporada. Tan poca ha sido su incidencia que en la clasificación por equipos de 2014 de CQ Ranking solo aparece un ProConti por debajo suyo, el peculiar Team Novo Nordisk. La sensación al finalizar la temporada es que son los dignos herederos del extinto Champion Systems.

Sin pisar suelo europeo

Es probablemente el dato que mejor define la temporada del equipo aussie. Han corrido en América, Asia y Oceanía pero no en Europa, si obviamos los kilómetros de la crono final del Tour of Turkey. Un claro ejemplo de la globalización mal entendida. Es evidente que una formación de sus características necesita de carreras en los mercados del ciclismo, pero desde sus antípodas cuesta entender la actitud de evitar correr en el viejo continente. Los colores rojiblancos han estado muy presentes en Asia, en lugares que el aficionado tradicional aborrece como China, Azerbaiyán, Corea, Taiwán, Japón o Irán.

A su favor cabe decir que también que han disputado competiciones en pleno auge y de gran interés deportivo. Con buena lógica fueron invitados al Tour Down Under y el Herald Sun Tour en el inicio de temporada austral, aunque no fue hasta mayo con la celebración del Tour of Turkey cuando volvieron a la primera línea. Una visión moderna del ciclismo que sin embargo les ha abierto las puertas de las carreras de los Estados Unidos, donde recibieron carta blanca a su presencia en la Philadelphia Cycling Classic, el Tour of Utah y el USA Pro Challenge. Carreras más que interesantes para consolidar el objetivo de seguir definiendo un proyecto como el de Michael Drapac, que les han visto estrellarse debido a la falta de exigencia global de su calendario.

Sobre las espaldas de Wippert y Clarke

Once victorias, ese es el bagaje de Drapac Cycling en la división de plata. Un casillero que encabeza Wouter Wippert. De ser un prometedor sprinter vencedor de un parcial en el Tour de l’Avenir y rozar el podio en varias semiclásicas belgas de final de temporada vistiendo los colores del 3M, se ha convertido en el principal referente del conjunto australiano gracias a sus ocho victorias. Dos en Nueva Zelanda, una en Taiwán, tres en Japón y dos en China. A los 24 años, él deberá decidir cuál es el camino que quiere seguir en los próximos años.

Junto a él otro nombre destaca por encima del resto, el de William Clarke. Tras una vida a caballo entre equipos WorldTour y ProConti, en Drapac Cycling ha encontrado la estabilidad de la que había carecido su carrera. Sin potencial suficiente para dar el salto a Orica-GreenEdge pero con cualidades suficientes para brillar en escenarios de segunda fila, ha sido el otro puntal de la escuadra australiana gracias a sus tres victorias. Todas ellas victorias de corredor potente, en dos prólogos en Japón y un sprint reducido en Irán.

No todos los ex-WorldTour han brillado

El excorredor de Argos-Shimano era uno de los ciclistas con pasado World Tour que había acudido a la llamada del equipo rojiblanco para su estreno, pero ni mucho menos el único. Junto a él llegaron provenientes de Orica-GreenEdge dos hombres experimentados como Travis Meyer y Wesley Sulzberger. Ambos debían ser piezas importantes para el equipo, pero han estado lejos de ser referentes. En el caso del primero, un accidente de tráfico en el mes de abril que le produjo fracturas en el cráneo, la mandíbula y un brazo condicionó su temporada, mientras que el segundo ha cuajado una campaña en el que el talento que atesora ha brillado por su ausencia.

Además también recaló en el equipo Jonathan Cantwell, sprinter de tercera fila en un equipo sin ambiciones en las llegadas masivas como Tinkoff-Saxo. Un corredor que encajaba a la perfección en el perfil requerido para los escenarios en los que se mueve el conjunto australiano, pero que no ha podido sumar un solo triunfo.

2015, más de lo mismo

Hubo un día que la empresa automovilística Porsche copatrocinó a Drapac Cycling, y como cada vez que una gran marca aterriza en el ciclismo se encendieron las esperanzas de poder atar un activo tan importante en un deporte tan necesitado. Cycling Australia todavía estaba cociendo el proyecto GreenEdge, así que no eran pocos los que se frotaban las manos pensando en un aterrizaje en la élite muy mediático. Pero la relación se enfrió y el equipo pasó a ser una de tantas formaciones de la categoría Continental existentes en Australia.

Participar en el Tour Down Under, vetado a equipos Continental, ha sido uno de los alicientes para dar el salto de categoría. Poco más. Y lo peor es que la próxima temporada no cambiará para nada el panorama y los colores rojiblancos solo se podrán ver en las carreteras oceánicas, asiáticas y norteamericanas. Un equipo que podría dar un aire fresco interesante volverá a ser en 2015 un equipo Continental bajo licencia Profesional Continental.