El repaso a la temporada 2014 en Cobbles & Hills

Foto © ASO

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Cuando ahora hace dos años Astana firmó a Vincenzo Nibali lo hizo por un motivo bien claro. Ganar el Tour de Francia. Y tras hacerse con el Giro de Italia en su primera campaña con la formación kajaza, en su segunda temporada el siciliano he conquistado el amarillo en los Campos Elíseos de París y ha pasado a formar parte de la historia del ciclismo. Poco importa no haber rendido a la altura de lo esperado en Paris-Nice tras renunciar a su tercera Tirreno-Adriatico consecutiva. Poco importa haber estado desaparecido en las clásicas de cotas. Poco importa verse superado por promesas en el Critérium de Dauphiné. Poco importa vestir un tricolore absolutamente ridículo. Poco importa perderse el Giro di Lombardia por complacer a su equipo disputando el Tour of Almaty. El Tour de Francia y cuatro etapas lo eclipsan todo. O casi todo.

Un equipo ligado a los escándalos

El equipo Astana y el dopaje son dos términos que van de la mano desde la aparición del nombre de la capital de Kazajistán en el ciclismo profesional. Liberty Seguros y Würth abandonaron una estructura con olor a rancio heredado de los tiempos de la ONCE. Astana se quedó como patrocinador principal de un equipo que ese mismo año vio a Alexander Vinokourov ganando la Vuelta a España escudado por Andrey Kashechkin, dos hombres que junto a Matthias Kessler y Eddy Mazzoleni fueron suspendidos por dopaje un año más tarde ya en la nueva estructura.

Fue entonces cuando entró en escena Johan Bruyneel, un hombre clave en los años dorados de Lance Armstrong, que sin el estadounidense quería hacer de Alberto Contador la gran referencia en las grandes vueltas. Pero el ganador del Tour de Francia no tuvo la oportunidad de defender su título, ASO había escarmentado y no les invitó, por lo que el madrileño tuvo que hacer un calendario alternativo que finalizó con doblete en el Giro de Italia y la Vuelta a España. Sí que pudo participar en la edición 2009… junto a Lance Armstrong en el año de su regreso. Primero y tercero en París días antes del regreso al equipo de Alexander Vinokourov.

Precisamente el kazajo fue el protagonista de la primera polémica del año 2010 con las sospechas de compra de la Liège-Bastogne-Liège a Alexandr Kolobnev. Un hecho que nunca fue demostrado ni sancionado a diferencia del positivo por clembuterol de Alberto Contador durante el Tour de Francia, carrera tras la que regresó al equipo Andrey Kashechkin. Con la salida del madrileño, la dupla kazaja tomó las riendas de una formación que sin más escándalos desprendía olor a podrido.

Se alivió la situación con la llegada de un bloque italiano liderado por Giuseppe Martinelli como director y Vincenzo Nibali como líder del equipo, aunque el nuevo rol de Alexander Vinokourov como manager general de la formación sugería que nada iba a cambiar realmente en Astana. Y así ha sido. Concentraciones en el Teide aparte, este año los protagonistas han sido los hermanos Maxim y Valentin Iglinskiy con un doble postivo por EPO hace escasos meses, que junto al del campeón nacional Ilya Davidenok han devuelto la controversia a un equipo que realmente nunca la abandonó.

¿Quién les ha hecho brillar?

Más allá del oasis veraniego de Nibali, si un nombre ha dado de que hablar durante la temporada ha sido el de Fabio Aru. Una temporada planificada con dos objetivos claros, el Giro de Italia y la Vuelta a España. A sus 23 años al sardo le habían encomendado la difícil papeleta de asumir el papel de líder en las dos grandes vueltas huérfanas de lo Squalo dello Streto. El resultado no ha podido ser mejor. Podio del Giro –más una etapa– y top 5 en la Vuelta –más dos etapas–. Ha demostrado tener un talento innato de cara a las carreras de tres semanas.

El problema para Astana ha sido que más allá de las carreras de tres semanas para ellos solo ha existido el vacío, más allá de las apariciones fugaces de Liewue Westra en carreras de una semana, o del apoyo que supuso Jakob Fuglsang durante el mes de julio para conseguir la victoria final en París. Por último, más allá de sus clásicas victorias en Langkawi, fue interesante el verano de Andrea Guardini.

El año en que Tanel Kangert supo que nunca sería líder

La irrupción de Fabio Aru ha trastocado las jerarquías de Astana, y uno de los principales damnificados ha sido el ciclista estonio. La temporada pasada a sus 23 años presentó su candidatura a convertirse en la alternativa a Vincenzo Nibali con dos top 15 en el Giro y la Vuelta siendo su escudero, y pudo habérsele aparecido su oportunidad. Pero no fue así, el equipo kazajo tenía más que claro cuál tenía que ser su rol, el de gregario. Mientras comparta equipo con ellos tendrá difícil liderar un equipo en una gran vuelta.

Su única esperanza pasa por la Vuelta. Año sí año también, los italianos se repartirán liderazgo en Giro y Tour, por lo que solo el devenir de la temporada le puede abrir las puertas de la capitanía en la ronda española. Y llegado este caso tendría que pelear tal condición contra compañeros como Fuglsang, Landa, Westra o Scarponi. Con dos años más de contrato en la escuadra celeste no le queda sino aceptar la situación y seguir ganándose el favor para contentar a sus líderes.

¿Y ahora qué?

Antes que nada habrá que ver si Astana mantiene la licencia ProTour tras el doble positivo de los hermanos Iglinskiy. Es un tema que lleva algunas semanas apartado pero que obviamente puede condicionar el futuro inmediato de la escuadra. Si finalmente no hay sanción más allá de vetos puntuales, el principal objetivo volverán a ser las grandes vueltas con Aru apuntando al Giro y Nibali apuntando al Tour. Para arroparles han logrado mantener el bloque sumando una pieza interesante como Dario Cataldo, mientras que por contra no duelen las marchas de dos ciclistas venidos a menos como Kessiakoff y Brajkovic.

Pero además en 2015 el equipo Astana quiere dejarse ver en los adoquines, y Lars Boom deja atrás una vida en la estructura de Richard Plugge para unirse al equipo kazajo. Más allá de la utopía de ver a Nibali en estas lides tras aquella memorable actuación camino de Arenberg donde solo el neerlandés pudo batirle, su simple presencia será un aliciente más que interesante. Aunque la suya no es la única llegada reseñable: Luis León Sánchez regresa a la élite tras un año como ProConti. Habrá que ver qué camino elige y qué camino sigue su carrera.

Las victorias

Las más importantes:
—Tour de Francia (Vincenzo Nibali)
—2ª, 10ª, 13ª y 18ª etapa del Tour de Francia (Vincenzo Nibali)
—11ª y 18ª etapa de la Vuelta a España (Fabio Aru)
—18ª etapa del Giro de Italia (Fabio Aru)
—Campeonato de Italia en ruta (Vincenzo Nibali)

Así se repartieron sus 23 triunfos:
Nibali (6), Guardini (5), Aru (3), Westra (2), Lutsenko (2), Landa (1), Gruzdev (1), Tleubayev (1), Fominykh (1) y Kamyshev (1).