
La información de un periódico belga sobre el campamento militar que organizó Riis para el CSC en 2004. (Foto: Team CSC)
El Tinkoff-Saxo anunció este lunes que en su próxima concentración de pretemporada, el mes de noviembre, el equipo ascenderá al monte Kilimanjaro, la cima más alta de África (5.895 metros de altitud). Cuando el aficionado al ciclismo piense en el equipo ruso-danés subiendo una cumbre montañosa en Tanzania, lo lógico es pensar que esta es otra disparatada idea de Oleg Tinkov, el incalificable propietario del equipo. Pero no: esta vez la responsabilidad es de Bjarne Riis.
Las apariciones de Tinkov han relegado al director y exciclista danés a un segundo plano mediático y, parece, deportivo, pero no se puede olvidar que Riis siempre ha sido un tipo de ideas también algo extravagantes. Y, en particular, una de sus obsesiones desde que es director de la estructura son las concentraciones de pretemporada, emm, diferentes.
En sus primeros días como director del CSC, Riis dejó a los ciclistas en un bosque, en Suecia, casi abandonados a su suerte, con algunos medios –no precisamente abundantes– para sobrevivir entre los árboles. Otra vez, en las Islas Canarias, despertó al equipo de madrugada para que se fueran a nadar al océano.
En general, su especialidad durante el periodo en que el equipo evolucionó de CSC a Saxo Bank eran los campamentos militares, celebrados a menudo en Dinamarca. Una de las imágenes típicas de pretemporada era ver fotos de los hermanos Schleck insospechadamente vestidos con ropa militar, usando una pistola en un campo de tiro, o acampando en un bosque de aspecto más bien invernal. No está claro hasta qué punto los métodos de Riis lograron endurecer a los hermanos más famosos de Luxemburgo.
Otro ejemplo más sucedió en 2011, ya sin los Schleck bajo su disciplina pero sí con Contador –aunque el madrileño estaba sancionado por dopaje y las reglas UCI le impedían ir a la concentración con su equipo–, cuando Riis llevó al nuevo Saxo Bank a Israel.
En una decisión sorprendentemente poco polémica, los ciclistas del equipo danés fueron a colaborar con dos organizaciones israelíes para hacer trabajo de caridad a favor de los niños de la zona. La otra misión de aquel campamento, decía el equipo entonces, era promover la globalización del ciclismo.
Ciertamente, no parece una locura como en ese sentido. Cuando Alberto Contador, Peter Sagan y compañía –¿le permitirán sus negocios estar presente a Tinkov en la escalada al Kilimanjaro–, las imágenes del equipo danés previsiblemente aparecerán por todas partes. Es difícil cuestionar la promoción que esta actividad traerá al equipo. También es posible pensar que el propio Riis se tome este movimiento como una forma de coger las riendas del equipo, toda vez que Tinkov es en los últimos meses quien se lleva los focos, quien pone el dinero y quien toma muchas decisiones.
Sin embargo, la peculiar personalidad de Riis –“mi maillot amarillo está en mi casa: son bienvenidos a venir a cogerlo, a mí me vale con mis recuerdos”, dijo al confesar su dopaje en el Tour ‘96– hace pensar que el Kilimanjaro es solo una decisión deportiva. “Este será un gran desafío para todo el mundo”, dijo Riis sobre la concentración en Tanzania. “Tengo muchas ganas de ver cómo el equipo reacciona bajo estrés y condiciones difíciles, escalando a esa altitud”. También habla de la construcción de valores y su importancia para convertir a su equipo en el mejor del mundo, y menciona que tuvo “luz verde” de Tinkov para llevar a cabo el proyecto.
De momento, no se conocen reacciones preocupadas de los ciclistas por la escalada, que durará cinco días e implicará a 80 miembros del equipo. Tiene su atractivo pensar que la primera actividad de Peter Sagan –cuyos últimos tuits incluyen una parodia de Forrest Gump, un “selfie” con la Estatua de la Libertad y una foto suya jugando con un mono; no hay duda de que están siendo unas buenas vacaciones para él– con su nuevo equipo sea subir a pie el Kilimanjaro. ¿Podrá hacer caballitos también en Tanzania?
Completad la información, que queda un poco cojo lo de “En una decisión sorprendentemente poco polémica, los ciclistas del equipo danés fueron a colaborar con dos organizaciones israelíes para hacer trabajo de caridad a favor de los niños de la zona.”. Porque podría entenderse que sería polémico ayudar a un par de ONGs israelíes.
El Presidente del tribunal que juzgó a Contador era israelí. De Tel-Aviv concretamente.
Un saludo.
La montaña Kilimanjaro se sitúa en Tanzania, no en Kenia, en la región del Kilimanjaro, que da nombre a la montaña.
Pues sí. Está justo en la frontera con Kenia, pero del lado tanzano. Error inexcusable. Gracias por el aviso, Iboncello.