Se acabó el Tour de Beijing. No habrá más osos panda humanos esperando a los ciclistas, ni más subidas a la Gran Muralla China, ni más etapas reducidas por la contaminación. La historia de esta carrera creada por la UCI de forma opaca para expandir el ciclismo en el país más habitado del mundo la ha cerrado la victoria de Philippe Gilbert (BMC), tercer y último ganador del palmarés de la prueba.
Es significativo para hablar del Tour de Beijing decir que Gilbert ha ganado gracias a las bonificaciones. El excampeón del mundo ganó al sprint la segunda etapa, una llegada en cuesta a Yanqinq que tuvo que ser acortada por la contaminación (se pasó de una etapa de 147 kilómetros a una de 111). Reinardt Janse van Rensburg (Argos-Shimano) lanzó el sprint a poco más de cien metros, pero el líder del BMC se apañó para superarle en la última curva y llevarse el triunfo que, a la sazón, le daría la general.
Gilbert sumó diez segundos de bonificación que, junto a otro que había conseguido en la primera etapa, le dieron once segundos de ventaja sobre casi todos sus rivales. En esa jornada inaugural, Luka Mezgec (Argos-Shimano) se impuso en un sprint muy ajustado a Caleb Ewan (Orica-Greenedge) y Tyler Farrar (Garmin Sharp). El esloveno, ganador de etapa también en 2013, se convirtió en el primer líder de la edición, pero solo lo pudo ser durante un día.
La tercera etapa, víspera de la jornada decisiva en la montaña de Mentougou Miaofeng, fue para Tyler Farrar. El velocista americano llevaba exactamente un año y siete días sin ganar, y esta es su primera victoria World Tour desde el Tour de Francia 2011. Casi un milagro que además consiguió de una forma impresionante: no iba muy bien colocado en la llegada, así que Farrar lanzó el sprint desde muy lejos y superó por un lateral a todos sus rivales. Esta vez, Mezgec fue el segundo, por delante de Nikola Maes (Lotto Belisol).
En Mentougou Miaofeng, Garmin-Sharp intentó endurecer la carrera para que Daniel Martin, quizás el mayor favorito para la victoria general, tomase el liderato. Hesjedal se fue por delante durante el último tramo de la subida, no tan dura como le habría gustado al equipo de Vaughters, y Martin remató en el kilómetro final. La aceleración del irlandés fue durísima: solo Esteban Chaves (Orica-Greenedge), Rui Costa (Lampre-Merida) y el propio Gilbert la pudieron seguir, y lo hicieron a duras penas.
Sin embargo, el último esfuerzo de Gilbert le llevó a perder solo dos segundos y, más importante aun, a terminar tercero en la etapa y sumar cuatro segundos de bonificación. El belga conservó el liderato por tres segundos; si hubiera sido cuarto, Martin se habría puesto líder a falta de la última etapa, el circuito llano por el Nido del Pájaro y la plaza de Tiananmen. El irlandés quedó segundo, como el año pasado tras Intxausti.
Fue Sacha Modolo (Lampre-Merida) el ganador del último parcial, en el que la carrera solo podría haber cambiado de dueño a través de las metas volantes. Martin no se metió de veras en esa lucha y Gilbert pudo celebrar su victoria con cierta tranquilidad. Les acompaña en el podio Chaves, con Rui Costa en cuarta posición y el joven ruso Sergey Chernetskiy (Katusha), quinto, protagonista de un notable final de temporada.