Dos segundos puestos consecutivos no sientan bien a un ganador, ya por derecho propio, como es John Degenkolb. El alemán de Giant – Shimano afrontaba la Paris-Bourges con esos resultados en las carreras previas y, fiel a los pronósticos que le situaban como máximo favorito, no ha fallado. En el casi inevitable desenlace al sprint se ha impuesto por delante de Yauheni Hutarovich (Ag2r – La Mondiale) y Giacomo Nizzolo (Trek Factory Racing).

Curiosamente el propio Hutarovich fue, durante bastantes kilómetros, integrante de una fuga muy numerosa que se formó en la parte final de la carrera, pero que nunca llegó a gozar de una ventaja mínimamente cómoda sobre el gran grupo. Antes –y después– hubo otras. Sabedores muchos de los participantes de que esta era una de sus últimas oportunidades de obtener una victoria esta temporada, el desarrollo de la carrera ha sido de lo más variable.

La escapada más consistente fue la formada por Damien Gaudin (Ag2r – La Mondiale), Guillaume Levarlet (Cofidis), Thomas Vaubourzeix (La Pomme Marseille 13), Jonathan Dufrasne (Wallonie – Bruxelles), Grischa Janorschke (Team Vorarlberg) y Lennard Hofstede (Rabobank Development Team), protagonista de los kilómetros intermedios de la jornada. A pesar de los más de 6 minutos de ventaja de que llegaron a disponer, no inquietaron al pelotón en ningún momento. Fue un contraataque de 17 corredores desde atrás el que les dio alcance y puso las cosas más difíciles a los equipos que buscaban la llegada masiva.

Como era de esperar, tantos ciclistas no pudieron entenderse y la armonía de la avanzadilla terminó rompiéndose. Doce de ellos quedaron por delante para afrontar, en un bonito pulso con el pelotón, los últimos 40 kilómetros. Entre ellos, corredores tan rápidos como el antes mencionado Hutarovich o Heinrich Haussler (IAM). El pulso se prolongó hasta la pancarta de 10 a meta, siendo Jasper Stuyven (Trek Factory Racing) el único que se resistió a ser alcanzado, llegando hasta los 5 últimos km.

No todo iba a ser pan comido para el pelotón aún. En un intento desesperado por conseguir esa victoria que tan esquiva le ha sido en 2014, Thomas Voeckler (Europcar) buscó el casi imposible ya cerca del triángulo rojo. Pero no iba a poder ser. El sprint tenía que llegar y, con él, la victoria de John Degenkolb, quien curiosamente tuvo en Hutarovich a su máximo rival, pese a haberse desgastado éste en la numerosa y peligrosa fuga tardía que a punto estuvo de cambiar el destino de la carrera.

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Clasificación