Nunca durante los últimos años se ha caracterizado Il Lombardia por ser una carrera demasiado estable en su recorrido desde los años ’80. Tras unos inicios con salida y meta en Milano, en los ’60 pasó a disputarse entre Milano y Como (’61-’84) para luego hacer el recorrido a la inversa de Como a Milano (’84-’89). Desde entonces el recorrido ha ido cambiando con asiduidad y la carrera ha visto como Monza (’90-’94), Bergamo (’95-’03), Como (’04-’10), Lecco (’11-’13) y de nuevo Bergamo en esta edición han acogido el final de la Classica delli Foglie Morte.

En esta ocasión uno de los motivos del cambio de recorrido viene por la dominación que ha ejercido Joaquim Rodríguez en los últimos años en Villa Vergano. Huyendo de una carrera previsible a la que el catalán había encontrado el punto, llega un cambio drástico para impedir su dinastía. Como ocurrió hace unos años cuando se modificó el final después de que Philippe Gilbert hiciese suya la ascensión a San Fermo de la Bataglia. El domingo descubriremos un nuevo recorrido que mantiene las señas de identidad.

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Una de ellas será sin duda la Madonna de Ghisallo -8’6 km al 6,2 %-, la gran damnificada del nuevo recorrido, pues pierde cualquier tipo de importancia en el devenir de la carrera. Esta vez las campanas sonarán tristes. Como ocurría en los años anteriores, al descenso le sucederá el clásico rodeo al Laco di Como que tantas heroicidades ha enterrado en los últimos años para más adelante acometer unos últimos 100 km que ganan en interés y continuidad respecto a ediciones anteriores.

La batalla dará comienzo en el Colle Gallo -7’4 km al 6 %-, una primera piedra de toque a la que dará continuidad el Passo di Ganda -9’2 km al 7’3 %-. Kilómetros en los que se concentra buena parte de la dificultad de prueba en los que los escaladores deberán endurecer la carrera para penalizar a otros hombres con un perfil más clasicómano y así debilitarles de cara a un final donde la exigencia no será tan importante.

Porque en los últimos 50 km las únicas dificultades que aparece es la subida a Berbenno -5’5 km al 5’3- antes de llegar al que se presume que será el punto clave de la carrera. Si nadie lo impide, todo lo que haya pasado hasta llegar a la Ciudad Alta de Bergamo a escasos 4 km de meta que a buen seguro romperá el grupo, pero que no se presume tan resolutiva como la de Villa Vergano. Las máximas del 15 % llegando a Lecco se convierten en máximas del 12 %, y los 3280 m de ascensión se reducen a 1150 m por lo que de allí debería salir una carrera abierta que se decida en un grupo reducido en el Sentierone.

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