Con la victoria en el GP de Montréal, sumado al de Québec del pasado viernes, Simon Gerrans (Orica – GreenEdge) se ha convertido en el primer ciclista en doblar victoria en ambas clásicas en la misma temporada. Su modus operandi ha sido el habitual; resguardado, sin gastar un gramo extra de fuerza e imponiendo un sprint al final que, con el paso de los años, parece estar volviéndose cada vez más potente. Aviso importante de cara a Ponferrada donde, sin embargo, no lo tendrá tan fácil para correr de la forma que a él le gusta.

Jan Polanc (Lampre – Merida) fue el héroe del día, protagonista principal y más duradero de una escapada que en principio también contó con la presencia de Ryan Roth (Canadá), Arnold Jeanneson (FDJ.fr) y Louis Vervaeke (Lotto Belisol), siendo este último quien más aguantó el tremendo empuje del esloveno en el día de hoy.

Su aventura se prolongó hasta bien entrada la última vuelta. En la primera cota del circuito, la más larga, llegó el primer ataque de consideración. Rui Costa (Lampre – Merida) hizo una importante selección con su movimiento cerca de coronar. Un puñado de corredores quedaron por delante. Entre ellos, Bauke Mollema (Belkin), muy activo, Tony Gallopin (Lotto Belisol)… y Simon Gerrans, que hasta entonces había circulado a cola de pelotón, tanto que su equipo había tenido que salvarle de un corte que se produjo kilómetros antes.

Pese al empeño principalmente de Mollema, el grupo selecto acabó siendo absorbido por un pelotón ya muy reducido a esas alturas, pero aún relativamente numeroso. Turno entonces para afrontar la siguiente cota, en la que Sep Vanmarcke (Belkin) fue quien intentó su ataque. Sin entidad para romper, la subida terminó antes de provocar selección alguna. Aun así, Rui Costa volvió a probar suerte, aprovechando un pequeño despiste de los hombres que conducían el grupo, en la zona descendente inmediatamente posterior al repecho.

Viendo que Orica – GreenEdge aún contaban con numerosos efectivos para controlar la situación, el portugués decidió, seguramente con buen criterio, esperar y guardar fuerzas para el más que previsible sprint en subida. Los australianos no dieron opción a más movimientos y, con un gran lanzamiento, dejaron a Gerrans a la distancia justa para que éste, con apenas unas cuantas pedaladas, dejase de rueda en la llegada a todos sus rivales, siendo Rui Costa y Tony Gallopin los que quedaron más cerca. Un nuevo triunfo de prestigio para el aussie en un gran año, basado en su ciclismo efectivo donde los haya, pero que ciertamente no enamora al espectador.

BxhUYdpCUAA4TfB

Clasificación