Que los equipos solo puedan llevar seis corredores a carreras como el Tour of Britain ha permitido que la emoción se adueñe de la carrera. Gracias a una fuga en el día de ayer entre Camberley y Brighton, Dylan Van Baarle (Garmin – Sharp) se ha llevado la que hasta ahora es su mejor victoria como profesional -que este año daba un paso adelante en su salto al World Tour-. Le acompañan en el podio dos hombres que dan lustre y prestigio a su victoria: Michal Kwiatkowski, segundo y máximo favorito a priori, y Bradley Wiggins, tercero y ganador de la pasada edición.

El recorrido de la prueba británica -que ha estrenado categoría .HC con todo el mérito tras unos días de mucho interés ciclista- empezaba con sendas jornadas para los velocistas. En el primero de ellos Marcel Kittel demostraba que es el mejor esprinter del momento tras un triunfo amplio en Liverpool ante Nicola Ruffoni y Mark Cavendish, tercero. Al día siguiente Mark Renshaw resarcía a los de OPQS y cantaba victoria en Llandudno en un final con varias cotas que dejaron al pelotón en solo 60 unidades.

El buen diseño del recorrido del Tour of Britain -quizás solo mejorable con otra ubicación de la crono de hoy-, se demostró en la estrenada subida a The Tumble. Esta abrió diferencias y propició el tercer cambio de líder en tres días de carrera tras la victoria de Edoardo Zardini. El italiano se aprovechó de la vigilancia entre favoritos para hacerse con otra victoria de prestigio tras la que consiguió en el Giro del Trentino en San Giacomo di Brentonico. El de Bardiani – CSF se puso líder, pero la clase, el saber elegir y la potencia de Kwiato hicieron que solo le durara un día; en el uphill-finish de Bristol el polaco ganó y consiguió 6 segundos sobre Zardini y el resto de líderes (solo Izagirre y Roche llegaron con él). El polaco superó a los fugados Albert Timmer y Jack Bauer en los últimos 100 metros.

En este Tour of Britain con 5 cambios de líder en 8 días de competición, las fugas triunfaron. En las etapas 5, 6 y 7 llegaron a buen puerto. En ellas vencieron Matthias Brändle -levantando los brazos en Exeter y Hemel Hempsted- y Julien Vermote -en el mencionado final en Brighton-, propiciando en esos tres días dos cambios de liderato. En el primero Alex Dowsett tiró de la fuga hasta convertirse en líder porque para OPQS fue imposible controlar con tanta subida y tan pocos efectivos útiles -solo Terpstra, Golas y Vermote estaban para tirar-. Pero al día siguiente lo perdió tras quedarse en una de las decenas de cotas del recorrido -Ditchling Beacon-.

Con solo 6 corredors por equipo y un recorrido tan quebrado, el jersey amarillo volvió a cambiar de dueño y pasó a hombros de Dylan Van Baarle. El neerlandés de GRS perdió solo 35″ en The Tumble y llegó con los mejores en el resto de finales, por lo que su elección de entrar en la fuga el día de la victoria de Vermote fue perfecta. Movistar tenía que controlar las aspiraciones de Dowsett y no poner ritmos altos, y OPQS tenía al belga delante, por lo que no controló la diferencia de los fugados. Vermote se llevó la etapa y Van Baarle se las arregló para aventajar al grupo en algo más de un minuto y ponerse de amarillo por 19″ sobre Kwiatkowski.

De esos 19 le han sobrado este domingo 10 segundos, porque sus cualidades como rodador (ganador de la prueba U23 del nacional neerlandés de crono de 2013, o la 5ª plaza este año en el absoluto), le han valido para mantener el liderato esta mañana. Wiggins ganó en los 8.800 metros de la contrarreloj de hoy en Londres, salvando así su presencia en la carrera de casa. Una carrera que en su sector vespertino acabó como empezó, con Kittel haciendo doblegar la rodilla a Cavendish, que se va de vacío del Tour of Britain.

Van Baarle