El verano acabó, por mucho que nos agarremos al clavo del equinoccio. Para casi todos, una mala noticia, pero no para quienes llevamos más de seis meses esperando el comienzo de la campaña de ciclocross que, eso sí, se presenta como una de la más desesperanzadora de los últimos años. Después de los saltos de Boom y Štybar a la carretera, sin ningún atisbo de vuelta atrás, el último superviviente de una generación dorada también abandona el barro, eso sí, por razones mucho más serias. Niels Albert, salvo milagro, no volverá a pisar una campa como ciclocrossman al verse obligado a retirarse por una afección cardiaca que le incapacita para el deporte de élite. Con el corazón también dañado, en este caso por la eterna falta de apoyos y un cúmulo de mala suerte que terminaron por minar su moral, Egoitz Murgoitio también dejó cojo el calendario nacional al colgar la bicicleta el pasado enero.
Dos bajas, hoy por hoy, insustituibles. El belga fue el principal contrincante del caníbal Sven Nys desde su irrupción en la élite, a quien deja en solitario como el hombre a batir de cara a su enésimo invierno. Ni la edad, ni los kilómetros en las piernas, ni las tres generaciones de ciclistas ante las que se ha enfrentado han logrado apearle de los más alto del barro flamenco y, por lo tanto, mundial. Y es que a pesar de la retirada de alguien como Albert, sus compatriotas serán de nuevo los escollos de más nivel que el subcampeón mundial se encuentre en el camino. Una situación que, pese a los esfuerzos de la UCI por sacar la disciplina de sus centros neurálgicos -este noviembre, por ejemplo, llevando la Copa del Mundo a suelo británico-, esto de las ruedas anchas seguirá siendo cosa de belga, con las solitarias excepciones de hombres como Lars van der Haar, Philipp Walsleben o Francis Mourey.
Del mismo modo, la ausencia del vizcaíno -así como Jonathan Lastra, centrado desde febrero en la ruta- deja el panorama hispano acotado, de forma casi insalvable, al duelo entre Aitor Hernández y Javier Ruiz de Larrinaga. Como ya ocurriera en Segorbe y en las numerosas salidas en las que Murgoitio llevaba defendiendo el honor del ciclocross patrio durante años, los dos ciclistas vascos aparecen como únicos candidatos a las victorias en las cada vez más escuetas pruebas de nivel del calendario. Y es que, como viene pasando desde hace años, este otoño habrá un nuevo paso atrás en el número de pruebas internacionales, quedando Karrantza y Valencia como solitarias citas con puntos UCI en juego. No obstante, al menos sí se ha avanzado en cuanto a la planificación, y a diferencia de otras ocasiones no hemos tenido que esperar hasta pocas semanas antes para conocer la sede del nacional o el formato de la Copa de España.
En cualquier caso, y aunque todo apunta a que los grandes gallos encontrarán menos oposición que nunca durante el presente invierno, hay jóvenes dispuestos a aprovechar la nueva coyuntura para asaltar la élite y darse a conocer con victorias. Gente como Bosmans o el pequeño de los Suárez tratarán de llenar el hueco dejado por las ausencias. Eso, sin olvidar la generación que llega por detrás, posiblemente la mejor desde la que nos ha abandonado prematuramente, con Wout van Aert y Mathieu van der Poel como estandartes.
En definitiva, nos faltará Albert. También Murgoitio. Pero seguiremos contando con Nys. O con Van der Haar, Larri y Aitor. Alicientes de sobra para disfrutar de una nueva temporada de épica, emoción y sobre todo, barro.