Es su año y está imparable. Alexander Kristoff (Katusha) ha sumado su 14ª victoria de la temporada en una carrera de recorrido idóneo para él, la Vanttenfall Cyclassics. Bien apoyado por su equipo, que ha apostado en todo momento por él, la prueba ha seguido el desarrollo previsto y ha terminado en un sprint relativamente numeroso, pese a los numerosos ataques que han animado los kilómetros finales. Completando el podio se situaron Giacomo Nizzolo (Trek Factory Racing) y Simon Gerrans (Orica – GreenEdge).
En esta ocasión correspondió animar la carrera a un terceto formado por Niccolo Bonifazio (Lampre – Merida), Ralf Matzka (NetApp – Endura) y Bjorn Thurau (Europcar), aunque su aventura, pese a haber llegado a gozar de casi 11 minutos de ventaja, finalizó antes de que comenzasen las verdaderas hostilidades en el pelotón. Estas fueron instigadas por Omega Pharma – Quick Step, quienes movieron el pelotón unos kilómetros antes del último paso por Waseberg con Matteo Trentin y Julian Alaphilippe.
Otros tres ciclistas respondieron a la ofensiva del equipo belga, mientras Katusha eran los principales encargados de mantenerlos a una distancia prudencial desde el pelotón. Entre ellos estaba Manuele Boaro (Tinkoff – Saxo), quien, dada la relativa falta de entendimiento, lo intentó en solitario, para llegar destacado a la base del Waserberg. Justo en la cima era alcanzado por Alaphilippe… a la vez que ambos resultaban neutralizados por la avanzadilla de un pelotón roto en mil pedazos, pero con huecos demasiado pequeños como para consolidarse.
Aprovechando la confusión y la falta de control del momento empezaron los previsibles saltos. Greg van Avermaet (BMC), Edvald Boasson Hagen (Sky) y Jack Bauer (Garmin – Sharp) estuvieron entre los más activos de una fase de carrera repleta de alternativas, mientras los equipos de los velocistas se iban recomponiendo. A unos 5 km de meta el pelotón impuso su ley y ya no dejó fructificar más intentos. La llegada masiva, un tanto desorganizada, dejó sin opciones a Marcel Kittel (Giant – Shimano) entre otros, encerrado. Kristoff, sin embargo, supo encontrar su hueco y abrir un sprint en el que nadie le puso en verdaderos aprietos.