Para Patrick Lefevere, la temporada ciclista bien podría acotarse a un solo día: De Ronde van Vlaanderen. Desde que la salida de Mapei focalizara su escuadra en suelo belga, gran parte del diseño del equipo se hace pensando en el primer domingo de abril y el resto clásicas con las que comparten características. Intercambia piezas y busca recambios o talentos incipientes que mantengan una preponderancia en las piedras que se remonta prácticamente a décadas atrás. La última de estas perlas es Yves Lampaert (Topsport Vlaanderen – Baloise), que tras mostrarse combativo durante la primavera logró llamar lo suficiente la atención del mánager de Moorslede para firmar con él de cara a las dos próximas temporadas.

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Una apuesta de futuro sobre la que si alguien guardaba ciertas reservas, él mismo se ha encargado esta tarde de dilucidar. Potencia, motor y oportunismo, junto a su conocida punta de velocidad, son las claves de todo buen flandrien y los ingredientes en los que ha basado su triunfo en la renombrada Arnhem-Veenendaal Classic, donde ha sido capaz de llegar en solitario a meta tras un salto brutal a cinco kilómetros de meta, en la que ninguno de los diez hombres que compartía su camino fue capaz no solo de acercarse, sino siquiera de mantenerle a una distancia asumible.

Parte del éxito radicó, de nuevo, en la inteligente estrategia de su equipo. Sabedores de la presencia de Belkin Pro Cycling, quienes acumulaban cierta presión para vencer ante su público en una prueba de segunda fila; y Movistar Team, cuya hoja de ruta no varió ni un ápice su habitual gustó por el control de la carrera. Ellos, junto a Wanty-Groupe Gobert, asumieron la persecución de la escapada de nueve corredores formada en los primeros compases, que en ningún momento llegó a alcanzar los 3:30 de ventaja. Un esfuerzo que, a pesar de la relativa inocuidad de los aventureros -quienes contaban con Marco Marcato (Cannondale), Bert-Jan Lindeman (Rabobank Development Team) o Lars van der Haar (Giant – Shimano Development Team) como nombres más conocidos- resultó una losa demasiado pesada en el momento de la verdad al contar únicamente con seis ciclistas por estructura.

Y éste no fue alcanzado hasta los últimos 20 kilómetros. Con los hombres de José Luis Jaimerena y Jan Boven todavía encabezando el pelotón, se daba a caza a los dos únicos supervivientes por aquel entonces -Bart van Haaren y Jim van den Berg, ambos del equipo Koga- y comenzaban las hostilidades intentando aprovechar el repecho de Grebbeweg. No obstante, todo el mundo tenía apuntado en su agenda la tendida subida como punto caliente y nadie hacer camino hasta que las piernas maduraron un poco más. Aprovechando un paso estrecho por una zona boscosa, Michael Vingerling (Team 3M) buscó en su anonimato la opción de formar un pequeño grupo o, al menos, tener su dosis de protagonismo. Pero tras él, se abrió la veda de forma voraz, cruel y definitiva.

Tras casi 180 kilómetros a la expectativa, Tom van Asbroeck y Lampaert supieron que era una cuestión de ahora o nunca. A modo de dueto, se abalanzaron sobre el corredor neerlandés, arrastrando tras de sí a hombres de la calidad de Jos van Emden (Belkin Pro Cycling), Jempy Drucker (Wanty – Groupe Gobert), Dayer Quintana (Movistar Team) o Kristian Koren (Cannondale). En total, una docena de ciclistas y todos los grandes equipos implicados, que no tardaron gracias al empuje de la pareja belga en elevar la renta hasta los treinta segundos, sin que ninguno de los conjuntos que trataba desesperadamente dar la vuelta a la situación tuviera capacidad de reacción. A falta de cinco kilómetros para la línea de meta, el pelotón se despedía de forma virtual de toda opción de victoria.

Por delante, tanto Van Asbroeck como Lampaert lo sabían y, de nuevo, aplicaron un timing perfecto. Eso sí, unido a una potencia terrible del segundo. Con todos los hierros metidos y sin apenas levantarse del sillín, el flamante fichaje de Etixx-Quick Step comenzó a abrir distancia, pasito a pasito, con sus perseguidores. El impulsivo intento del ciclocrossman Martijn Budding (Rabobank Development Team) lo único que consiguió fue acabar con sus propias opciones, siendo relevado por Van Emden. Ciclista veterano, excelente rodador… pero hoy por hoy, lejos de Lampaert, que con un ritmo de demostración tuvo tiempo de celebrar su triunfo, el primero de la campaña, a lo largo de toda la recta de meta. Y de paso, enviar a Lefevere la confirmación de su acierto. El enésimo surgido de la cantera del país de las piedras.