El corazón de Francisco Gabicacogeascoa (Ispáster, País Vasco, 1937) dejó de latir para siempre cuando se le intervenía de urgencias en Bilbao. Ese mismo corazón que latió mas fuerte que nunca allá por mayo del 66, cuando se enfundó el maillot de líder de la Vuelta a España tras la contrarreloj de 61 km que llegaba a la localidad de Haro. Volvió a latir con la misma o incluso más intensidad tras pasar la meta de Bilbao en la última etapa de aquella Vuelta y adjudicarse la que fue su única victoria en una grande, la Vuelta a España de 1966.

Patxi, como le conocían los más cercanos, era un ciclista muy completo que rodaba muy bien en el llano y en la contrarreloj y que no desentonaba en la montaña, terreno en el que se defendía. Apodado El Rubio de Ispáster por su cabello, vivió la época dorada del mítico KAS, llegando a colar aquella Vuelta del 66 a seis corredores entre los diez primeros de la clasificación general.

No exenta de incertidumbre, la Vuelta a España de 1966 estuvo a punto de no celebrarse. El motivo fueron los problemas económicos que atravesaba el organizador de la carrera, el Correo Español-El Pueblo Vasco. José Antonio Elola Olaso, máximo responsable del deporte español en aquellos momentos, hizo posible que la Vuelta iniciase su marcha y que se pudiera disputar la gran ronda española del calendario ciclista.

Inició en Murcia y lo hizo sin figuras destacadas del pelotón internacional. La causa es que renunciaron a participar debido a la incertidumbre que rodeó la continuidad de la carrera. Así, los españoles, que habían pasado con más pena que gloria en la edición anterior y que llevaban cuatro años sin ganar la carrera, partían como máximo favoritos.

Pese a que el primer líder fue el italiano Bruno Sivilotti en la llegada a Murcia, lo cierto es que el KAS dominó la carrera a su antojo, colando como líder a Valentín Uriona en la 4ª etapa que llegaba a Madrid. Portó el maillot diez largas jornadas hasta que el neerlandés Cees Haast dio el susto arrebatándolo en casa, en la llegada a San Sebastián. Dos días más tarde vino la resolución de la ronda.

No le sirvió de mucho a Haast reconocer el recorrido de la contrarreloj de 61 kilómetros entre Vitoria y Haro. Con el balcón de la Rioja, el alto de Herrera de por medio, toda España vio como Francisco Gabica hacía opósito del maillot, sacando sus cualidades como rodador y dando una demostración al resto de participantes. El Rubio de Ispáster ganó a lo Anquetil, dominando de principio a fin en la crono y ya no soltaría el liderato de la carrera por ninguno de los modos.

Cuando Patxi cruzó la meta de Bilbao en la última etapa de aquella edición, toda Vizcaya, País Vasco y España entera celebraron eufóricamente el triunfo de por aquel entonces una de las eternas promesas de nuestro ciclismo. Toda la familia de Gabica quiso acompañarlo en la celebración, casi Ispáster entero estaba aquel día en Bilbao, eran tantos que alguno se preguntaba quien iba a cuidar a las vacas en el pueblo. También todo el equipo KAS celebró con euforia aquel triunfo con un podium repleto de amarillos, que además se llevaron la general por equipo. Bueno, todos menos Langarica, del que cuentan algunos que no se quedó con el equipo porqué andaba celebrándolo de copas en el bar de Loroño. Celebrando el éxito de Gabica y un KAS que en aquella edición hicieron historia.

Francisco Gabica