No cabe duda de que Tony Gallopin (Lotto – Belisol) está siendo uno de los nombres propios de este Tour de Francia. Por tercera jornada consecutiva el francés ha vuelto a ser protagonista. Primero fue vestirse de amarillo, después la debacle en le Planches des Belles Filles, y en Oyonnax, sin tiempo de llorar la pérdida del liderato, se ha recompuesto venciendo una etapa en la que ha combinado fuerza con inteligencia.

Como se esperaba de una etapa con un perfil como el de hoy, costó que la fuga del día se consolidase. Tras unos primeros kilómetros de constantes ataques y contraataques, no fue hasta el kilómetro 30 que todos dieron por buena la escapada. Martin Elmiger (IAM Cycling), Cyril Lemoine (Cofidis) y Anthony Delaplace (Bretagne) tuvieron el visto bueno de un pelotón que dejó que Cannondale y Orica GreenEdge controlase la ventaja de los escapados, mientras el resto de equipos afilaban sus armas esperando una segunda oportunidad en el tramo final de la etapa.

Antes de llegar a esta parte decisiva, se ha vivido el momento curioso de la etapa. Andrew Talansky (Garmin – Sharp), uno de los corredores más afectados por las caídas de la primera semana, se ha descolgado del pelotón, quedándose en solitario los últimos ochenta kilómetros. Lo surrealista, es que durante unos kilómetros, sus propios compañeros han sido quienes aumentaron el ritmo del pelotón. A pesar de que todo parecía en su contra, el norteamericano ha sacado las pocas fuerzas que tenía para llegar antes del fuera de control, con amago de retirada incluido.

(c)letour

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Con la llegada de los últimos cincuenta kilómetros, donde se encontraban las cuatro cotas puntuables de la jornada, la fuga llegó a su fin. Solo Elmiger fue capaz de seguir el ritmo de los nuevos atacantes. Nicolas Roche (Tinkoff – Saxo) y Jan Bakelants (Omega Pharma – Quick Step), a los que posteriormente se unirían Jesús Herrada (Movistar) y Cyril Gautier (Europcar), fueron los que más tiempo aguantaron en cabeza de carrera. Estuvieron delante hasta coronar el último puerto puntuable, a veinte de meta, cuando Roche fue engullido por un pelotón que a cada kilómetro que pasaba se iba reduciendo.

Y es que los descenso por carreteras estrechas seleccionaban tanto la carrera como cualquier subida. Aprovechando el descontrol, Tony Gallopin buscó su oportunidad en el último repecho de la jornada, un repecho no catalogado, pero que terminaba de descolgar del grupo delantero a un Rui Costa (Lampre – Merida) que se dejaría más de minuto y medio en la linea de meta con el resto de favoritos.

Tras coronar, nuevamente el descenso resultaría decisivo. Peter Sagan (Cannondale), Michal Kwiatkowski (Omega Pharma – Quick Step) y Michael Rogers (Tinkoff – Saxo) se unían a Gallopin, aventajando en unos pocos segundos al reducido grupo que quedaba. Como suele ser normal en estos casos, dejaron toda la responsabilidad a un Sagan que terminó por cansarse de las especulaciones, y esto lo aprovecho un Gallopin que con un nuevo ataque a falta de dos kilómetros, conseguía la ventaja suficiente para lograr la victoria de etapa, mientras John Degenkolb (Giant – Shimano) encabezaba un grupo que entraba en el mismo tiempo que el de Lotto.

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