La traca final que reservaban los Vosgos se esperaba como uno de los días claves de la presente edición del Tour de Francia, y sin duda ha cumplido con las expectativas generadas. El camino a Le Planche des Belles Filles ha estado marcado por los contrastes entre los vencedores y derrotados, bajo el marco de un desarrollo trepidante marcado bajo la batuta, de nuevo, de Tony Martin. Por un lado, Vincenzo Nibali, quien en la primera llegada en alto ha dado un nuevo mordisco que le sitúa como favorito indiscutible para llegar con el amarillo a París, sobre todo tras la caída y consiguiente abandono de Alberto Contador. El pinteño se topaba en Alsacia con su particular La Rochette justo once años después, en un día nacional francés en el que Tony Gallopin quiso, pero no pudo.

El Tour en cifras

Los números avalan a Vincenzo Nibali. Dos etapas en la primera semana de carrera, amén de un exhibición en un terreno tan desconocido para él como el pavé le sitúan como el indiscutible para triunfar en la ronda gala. Tal esta siendo su dominio, que hay que remontarse una década hasta encontrar una diferencia tan amplia entre el líder y el segundo clasificado (2:23) en la primera jornada de descanso… y conseguida como consecuencia de una fuga bidón. Fue en 2004, cuando Thomas Voeckler hizo su gran presentación en sociedad manteniendo la primera plaza durante diez días.

La imagen del día

No podía ser otra. La desolación de Alberto Contador viéndose obligado a poner pie a tierra tras su tramenda caída en el descenso del Petit Ballon, según la palabras de su jefe de prensa -Jacinto Vidarte-, a 80 km/h. En la temporada en la que parecía haber recobrado la mejor de sus versiones, el ciclista español ve caer por tierra su gran objetivo de la temporada antes de ni siquiera poder luchar por él en su terreno. Por si fuera poco, veremos si la lesión, que le obligará a pasar por el quirófano, le obliga también a perderse la Vuelta. Un día negro para él, que justifica sus lágrimas.

Contador

Tras varios kilómetros de persecución, Contador no pudo más. Foto © @cobblesandhills

El #Tour en Twitter

Aunque normalmente resulta nos centramos más en las reacciones a posteriori, no hemos podido evitar recoger lo escrito por Tony Martin antes de salir esta mañana, pidiendo clemencia ante el menú lleno de puertos ante el que se debía enfrentar enfundado con la casaca blanco con puntos rojos. Después, ha alcanzado la fuga y dirigido la misma durante los siguientes cinco altos sin pedir relevo alguno, siendo capaz de mantener prácticamente estable durante 100 kilómetros la renta frente a todo el pelotón. Eso, tras una exhibición si cabe más espectacular el día previo. Si Panzerwagen pide piedad, que dirán los demás.

Martin