Lucha, trabajo, constancia. Particularidades de ciclistas que luchan no sólo por entrar en la escapada, sino por conseguir la victoria. Una apuesta que en muchas ocasiones podría ser un símil a la lotería: hay que jugar mucho para que toque premio. El octavo parcial del Tour de Francia era uno de esos días que invitaba a comprar boletos. Primera jornada con la montaña de protagonista, un kilometraje no excesivo, tres cuartas partes de perfil favorable y sin un claro dominador que pueda ejercer el control en el grupo.

A diferencia de la primera semana la fuga tardó en formarse. Entrar en la escapada del día era el objetivo de muchos. Ritmo alto, múltiples situaciones hasta formarse el corte final. Niki Terpstra (Omega Pharma – Quick Step) y Silvain Chavanel (IAM Cycling) comandaron el movimiento al que, en una segunda fase, se unieron Adrien Petit (Cofidis), Blel Kadri (Ag2r – La Mondiale) y Simon Yates (Orica – GreenEDGE). A partir de ahí tranquilidad. Ritmo pausado en el pelotón que hizo que la fuga se fuera más allá de los ocho minutos de ventaja.

Caían los kilómetros y las opciones de éxito se multiplicaban. Sólo el acercamiento al primer puerto y la presencia de la lluvia hizo que el grupo acelerase el ritmo reduciendo en pocos kilómetros la ventaja a la mitad. Un espejismo. Comenzado el Col de la Croix des Moinats la ventaja se estabilizó.

La primera de las tres ascensiones consecutivas fue el momento donde la fuga decidió romper la carrera. Lo hizo con un duro ataque de Sylvain Chavanel en el comienzo del puerto al que únicamente Blel Kadri pudo darle respuesta. Vaya si la dio. A los pocos kilómetros alcanzaba y dejaba atrás al líder de IAM Cycling confirmándose en cabeza de carrera. Las diferencias aumentaban rápidamente. Coronando el puerto prácticamente un minuto separaba a ambos corredores mientras Simon Yates pasaba a 1’20” del francés. Detrás comenzaban a darse las sorpresas. Primera toma de contacto con la montaña, desgaste previo y condiciones duras hacían descolgarse a hombres importantes. El ritmo de Tinkoff – Saxo, una marcheta más que alegre, cortaba a Michal Kwiatkowski (Omega Pharma – Quick Step) o Haimar Zubeldia (Trek Factory Racing).

En el siguiente puerto, el exigente pero corto Col de Grosse Pierre, situación idéntica. Blel Kadri se confirmaba en cabeza de carrera mientras el equipo de Alberto Contador seguía adelgazando el grupo de favoritos. Jakob Fuglsang (Astana), segundo clasificado, Laurens Ten Dam (Belkin Pro Cycling) o Pierre Rolland (Europcar) perdían contacto. Peor suerte corrió Andrew Talansky (Garmin – Sharp) que tras una caída, por segundo día consecutivo, en el descenso le hacía perder más de dos minutos en la línea de meta.

Blel Kadri afrontaba el muro de meta, la Côte de La Mauselaine, con suficiente ventaja para disfrutar de la victoria de etapa. Detrás Nicolas Roche (Tinkoff – Saxo) lanzaba a Alberto Contador reduciendo el grupo a menos de diez unidades. El de Pinto atacaba con el líder Vincenzo Nibali (Astana) a rueda y con Richie Porte (Team Sky), Alejandro Valverde (Movistar Team), Tejay Van Garderen (BMC), Thibaut Pinot (FDJ.fr) y Romain Bardet (Ag2r – La Mondiale), tratando sin éxito seguir su estela.

El dúo abría hueco en los últimos compases de la ascensión que deparó la tercera victoria profesional de Blel Kadri. El bravo corredor francés conquistó la cima de Gérardmer, la general de la montaña y el premio de corredor combativo. Detrás Alberto Contador entró segundo en meta por delante de Vincenzo Nibali a quien arañó tres segundos. A su estela un reguero de corredores que sin excesivas diferencias entre ellos conquistaban la pared de los Vosgos y mantiene, pese a la pérdida de corredores como Andrew Talansky, una clasificación muy abierta antes de afrontar dos jornadas en la cadena montañosa donde la táctica y la ambición puede dar la vuelta a la situación antes de la llegada de la alta montaña.

Foto © Le Tour

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