Dicen que llevar el maillot amarillo da alas, pero no menos alas da llevar el de la regularidad, el de los jóvenes o en este caso el maillot de lunares rojos que identifica al líder de la clasificación de la montaña de todo un Tour de Francia. Esto mismo le debe estar ocurriendo a todo un veterano ya del ciclismo francés como es Cyril Lemoine.

Cumpliendo su décima temporada como ciclista profesional, Cyril Lemoine (Tours, Francia, 1983) está realizando un excepcional inicio de Tour, todo un regalo para un corredor que todavía no tiene ninguna victoria como ciclista profesional. Formado en la genial cantera del Crédit Agricole, uno de los equipos franceses que marcó época en el inicio del nuevo milenio, Lemoine ha sido uno de esos gregarios trabajadores que todo equipo necesita en sus filas.

De ese trabajo como gregario escasean sus victorias, pero no su regularidad, ya que ha demostrado en muchas carreras estar delante entre los mejores. Muchas de ellas en territorio galo, destacando por nombrar algunas, su 5º puesto en 2009 en el Critérium Internacional o el 3º en 4 Jours de Dunkerque en la misma temporada. Y es que quizá, ese 2009, es el único año en que no ha corrido en un equipo francés. Militó en Skil – Shimano y fue su mejor campaña como ciclista profesional.

De seguro nadie esperaba a Lemoine en Cofidis, que llegaba al Tour con Dani Navarro, ya lejos del amarillo, y Rein Taaramäe, que abandonó, para luchar por la general; Adrien Petit y Julien Simon para los sprints; o Luis Ángel Maté y Egoitz García para buscar la gloria individual en alguna jornada propicia. Que fuera Cyril Lemoine quien les daría por el momento el mayor protagonismo en carrera y que se convirtiese en el hombre que menos tiempo perdido acumula en la clasificación general, aunque bastante lejos de Nibali, casi 18 minutos perdidos, se antojaba una sorpresa. Desde el segundo día con llegada a Sheffield donde se enfundó el maillot de topos rojos, Lemoine ha cogido una confianza que le está haciendo ser una pieza clave del equipo cada etapa.

En los días llanos, en los que debía tomarlos con más calma y donde otros compañeros eran los que tenían que preparar y colocar a Petit cara al sprint, hemos visto como el maillot de puntos rojos aparecía en los últimos kilómetros para arropar a su hombre rápido y colocarlo en una buena posición para el sprint final. No menos sorprendente fue ver como Lemoine, casaca de lunares rojos mojada y embarrada a las espaldas, aguantaba en el grupo delantero de menos de quince unidades en los adoquines de la Roubaix, sorprendiendo a propios y extraños para el júbilo de la afición francesa.

Un día después y con Petit cortado, fue él mismo quien se metió en la llegada al sprint quedando en una meritoria 12ª posición.“La verdad es que empiezo a sentirme cansado, física y emocionalmente. Me estoy acostumbrando a llevar el maillot de lunares, pero soy bien consciente de que va a ser difícil conservarlo después del sábado. Hay que ser realista”. Con el cansancio de una gran primera y dura semana acumulado, será difícil ver por mucho más tiempo al francés con el maillot de la montaña. Que le quiten lo bailao a Cyril Lemoine.

Cyril Lemoine, una de las sorpresas de la primera semana. Foto: © Presse Sports/B.Papon

Cyril Lemoine, una de las sorpresas de la primera semana. Foto: © Presse Sports/B.Papon