Cuando André Greipel salió de la estructura de HighRoad lo hizo por un motivo. Quería vivir la experiencia de ganar una etapa en el Tour de Francia y dejar atrás la subordinación a Mark Cavendish. Una bicefalia que databa desde los tiempos del magenta y que acabó con la paciencia del alemán, que atendiendo a la preferencia del equipo estadounidense por su compañero decidió seguir su propio camino. Ya no se contentaba con migajas. No quería estar a expensas de los huecos vacíos del calendario de su alter ego.
Los huecos vacíos o los regalos, como el que en el Giro de Italia 2008 le sirvió para inaugurar su palmarés en las Grandes Vueltas. Fue en una etapa de corto kilometraje tras la cronoescalada a Plan de Corones. Bennati se había convertido en el gran dominador de las volatas con tres triunfos, uno más de los que había conseguido Cavendish, que con dos victorias ya le había tomado la delantera a Greipel. Llegaba la última oportunidad para los tres, pero en Locarno, la finalización del sprint de HighRoad fue perfecto, y en un gesto que nunca más se repitió, el alemán se alzó con la victoria gracias al regalo del británico. Podría decirse que la primera vez de Greipel fue con Cavendish.

Foto: Jacob
Pero esta primera victoria no le abrió las puertas de la Grande Boucle y tuvo que esperar más de un año para volver a disputar una carrera de tres semanas, la Vuelta a España 2009, de donde volvió con un total de cuatro triunfos. Guarismos de alguien más que capacitado para liderar un treno en cualquier escenario, pero no el de HighRoad en el Tour. La relación con Cavendish estaba ya tocada así que la decisión del Team Columbia de volverle a excluir de la ronda francesa la hizo saltar por los aires. Su destino era el Giro de Italia 2010, una Corsa Rosa extremadament hostil para los velocistas, a los que únicamente dio cuatro oportunidades. Dos las ganó Farrar y una Goss, hasta que en la última, André Greipel se hizo con la suya. Su salida del equipo estaba cantada.
Su destino, sin embargo, estaba mucho más abierto. Muchos fueron los equipos que llamaron a su puerta, pero finalmente se decantó por Omega Pharma – Lotto. Un equipo con un clasicómano y unvueltómano al que le faltaba un gran sprinter. Fue el año más complicado de André Greipel. Una temporada en la que guardó todos sus huevos en una misma cesta con resultados más que cuestionables. Al Tour de Francia 2011 llegó escaso de victorias y vio cómo Cavendish le mojaba la oreja en dos ocasiones, hasta que llegados a Carmaux saboreó la gloria. Tras años de exclusión, por fin ganó en territorio francés durante el mes de julio, consuelo en el año de su debut tras el 4-1 que le endosó un Mark Cavendish a quien el buen sprint de su selección hizo hacerse con un arcoíris en Copenhaguen en un día que André Greipel demostró tener mejores piernas.
Ya sabía qué era aquello de ganar en el Tour y le cogió el gustillo. Repitió el año siguiente, en el Tour de Francia 2012. Una edición en la que rivalidad Cavendish-Greipel llegó a su momento culmen y que finalizó con un 3-3. Un resultado mucho más acorde a la igualdad entre dos hombres que tras años dominando mano a mano la especialidad del sprint vieron cómo la irrupción de Marcel Kittel en el Tour de Francia 2013 les hacía tener que conformarse con una etapa a cada uno. Un sabor agridulce para el aficionado que esperaba una lucha a brazo partido entre dos hombres que vestían sus casacas patrias. Un nuevo orden mundial encabezado por Marcel Kittel llama a las puertas de un cambio generacional en la supremacía de los sprints, y este hecho ha quedado patente durante el Tour de Francia 2014. Con Cavendish fuera de carrera, su compatriota ha dominado a placer las primeras llegadas, pero en la primera ocasión que Greipel tuvo oportunidad, mojó en Reims.
Cuarto año consecutivo ganando en el Tour de Francia y séptimo año logrando victorias en Grandes Vueltas. Seis victorias en la ronda francesa que se elevan hasta catorce si tenemos también en cuenta sus resultados en el Giro de Italia y la Vuelta a España. Dos carreras a las que nunca ha vuelto. Números de ciclista top. Por más que otras estrellas iluminen con mayor intensidad, este año André Greipel ha dejado patente que todavía sabe cómo ganar en grandes escenarios. Las nuevas hornadas de velocistas sufrirán horrores para sacarlo de circulación. Y más en el Tour de Francia.