Tras un comienzo de Tour de Francia espantoso, en el que ni siquiera había podido acercarse a pelear por la victoria en ninguna de las etapas llanas, André Greipel (Lotto – Belisol) ha encontrado en Reims su redención. Tras un día marcado tanto por la tranquilidad en gran parte del recorrido como por las inclemencias del viento, la lluvia y el desgaste acumulado del pavé, el campeón alemán no ha encontrado oposición en la meta champaña y ha vencido con rotunda claridad, beneficiado eso sí por la ausencia de Marcel Kittel (Giant – Shimano), quien totalmente descolocado cejó en su empeño por intentar lograr su cuarto triunfo “consecutivo”.
Una etapa perfecta para los hombres rápidos que desde el principio sus gregarios controlaron a su antojo. La dureza y la batalla camino de Arenberg del día de ayer hacía presumir una jornada de asueto para los favoritos para lamer heridas y recuperar piernas, de modo que cuando Luis Ángel Maté (Cofidis) saltó en el kilómetro inicial del pelotón, seguido por Jérôme Pineau (IAM Cycling), Arnaud Gérard (Bretagne – Séché Environnement) y Tom Leezer (Belkin Pro Cycling) no hubo problema en absoluto para dejarlos marchar.
Eso sí, atados bien en corto. A pesar de ser solo cuatro hombres en cabeza, Giant-Shimano no quería asumir ningún riesgo y no dejó que su renta alcanzara los cinco minutos en momento alguno, sumiendo la carrera en un letargo del que despertó a base de caídas. El aumento de la tensión como consecuencia de la cercanía del sprint intermedio y de Chemin des Dames provocó varias montoneras que han mandado a casa a Xavier Zandio (Sky Pro Cycling), Egor Silin (Katusha) y Jesús Hernández (Tinkoff – Saxo), solo algunos nombres de los muchos damnificados del día. Y no solo en el plano físico.
Este primer cambio de ritmo, también sirvió para dar la vuelta al cariz de la carrera. Tras más del ecuador de la misma rodando en la más absoluta calma, de pronto se vio como algunos de los equipos como Omega Pharma – Quick Step o Tinkoff-Saxo comenzaron a poner hombres en la cabeza del gran grupo ante la inminencia del señalado Camino de las Damas, una corta meseta en la que el viento podía y de hecho jugó por momentos un papel vital. El fuerte ritmo de los belgas no tardó en provocar cortes que, no obstante, no habían involucrado a ninguno de los grandes nombres de cara a la general, de modo que su intento inicial se desvaneció tan pronto como la intensidad del aire. Amago de batalla que quedaba en nada por el momento, dejando cierto margen a la fuga para continuar con su marcha unos minutos más y, sobre el papel, cediendo de nuevo los galones a los hombres de Kittel.
No obstante, Eolo regresó y el equipo farmacéutico volvió a oler sangre. Empujados por un Michal Kwiatkowski que se sabe superior a sus rivales en estas lides, metieron cuneta y aceleraron con una intensidad que no tardó en ir cobrando víctimas. Poco a poco, el pelotón se fue desgranando hasta que no quedaron más que ochenta ciclistas, entre los que no se podía ver ya a hombres como Thibaut Pinot (FDJ.fr) o Steven Kruijswijk (Belkin Pro Cycling), los dos mayores (y casi únicos) damnificados de cara a la general por el trabajo de los hombres de Lefevere, quienes a la postre también podrían con el gran favorito para el parcial. Asfixiado tras más de veinte kilómetros de latigazos, el alemán Kittel decía basta junto con parte de su tren y se apartaba silenciosamente de la lucha por un nuevo triunfo de etapa.
Sin los capos de las volatas, el orden establecido hasta ahora desapareció. La velocidad de los últimos kilómetros y la falta de la referencia neerlandesa dio lugar a una preparación del sprint abocada el caos, con varios capitanes buscándose la vida en solitario y algunos bloques partidos a la mitad, lo que incluso animó a Kwiatkowski a probarlo en solitario sin fortuna. Una situación en la que Greipel ya se encontró dos semanas atrás en el campeonato nacional y que cerró con idéntico resultado. Bien colocado a la rueda de Alexander Kristoff (Katusha), tomó bien la rueda del noruego y esperó a los últimos 200 metros para endosar la puntilla definitiva. Tras una semana de completa desaparición, el germano aparecía en el momento preciso para salvar su Tour y el de su equipo, como ha hecho cada año desde su llegada a la estructura flamenca.
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[…] Tan solo han sido ocho las victorias, tres de Greipel, dos en Down Under a principios de año y una en julio en el Tour de Francia. Allí también ganó Gallopin una etapa y vistió el amarillo, un buen premio para el equipo. […]