No tienen rival. Marcel Kittel y el Giant – Shimano son los grandes dominadores del sprint en el Tour de Francia. El treno del equipo neerlandés y el rush final de su estrella son imbatibles. El centro histórico de Londres fue testigo de una nueva exhibición. Y no será la última. Solo el abandono de Mark Cavendish (Omega Pharma – Quick Step) tras la caída en la primera etapa ensombrece la tiranía de Kittel y sus muchachos. Es la segunda victoria en tres jornadas de Tour, la sexta en la cuenta particular del velocista en la ronda francesa. Fiabilidad alemana.

El trayecto entre Cambridge y Londres no deparó sorpresas. El recorrido, totalmente plano, invitaba a la siesta y una llegada masiva. Estaba cantado. Solo en los kilómetros finales, un nervioso trazado por las calles de la megalópolis británica acompañado por la lluvia, encendieron las alarmas de los favoritos. Bien situados, los Nibali, Contador, Froome y Valverde pasaron el examen y dieron carpetazo a una etapa intrascendente para la clasificación general, sin cambios.

La fuga del día se formó prácticamente de salida. Jean Marc Bideau (Bretagne – Séché Environment) y Jan Barta (Netapp – Endura) formaron el dúo de cabeza sin respuesta del pelotón. Era una escapada destinada al anonimato, los equipos sin sprinters ni favoritos a la general pasaron por alto la ocasión de enseñar el maillot en televisión. Las dos formaciones más modestas del Tour no fallaron a su cita.

Bideau y Barta alcanzaron poco más de cuatro minutos de ventaja sobre el gran grupo. Los bloques más potentes en las volatas se encargaron de mantener una diferencia estable y manejable. FDJ.fr (Arnaud Dèmare), Lotto – Belisol (André Greipel) o Cannondale (Peter Sagan), entre otros, y con la colaboración de Astaná (Vincenzo Nibali) mantuvieron a raya a los dos aventureros.

Kittel se impuso con comodidad a Sagan, segundo. Foto: © A.S.O.

Kittel se impuso con comodidad a Sagan, segundo. Foto: © A.S.O.

El sprint intermedio, que tras la escapada lideró Bryan Coquard (Europcar) por delante de Sagan, y la llegada fueron los dos puntos más calientes de la etapa. No los únicos. Un espectador repitió las imágenes de los dos primeros días de Tour. Envalentonado y sin luces, el aficionado abandonó el arcén y dio un par de pasos en el asfalto para tomar una foto. La estúpida idea acabó en su propia caída tras rozar a un ciclista del Sky. Mal menor. No para Andy Schleck (Trek Factory Racing), que también se fue por los suelos.

La entrada en Londres recibió al pelotón con lluvia. No podía ser de otra forma. Las escuadras de los favoritos extremaron las precauciones –destacar el trabajo de los Tinkoff – Saxo en favor de Contador–, enfilaron al gran grupo y acabaron con la fuga. Barta, cazado a unos 6 km de la meta, fue el último superviviente y se hizo con el premio a la combatividad. Subir al podio es un premio muy jugoso para su equipo y no podía desaprovecharlo.

En los kilómetros finales, Omega Pharma – Quick Step tiró de orgullo y trabajó la llegada para Mark Renshaw; Lotto – Belisol perdió la batalla y André Greipel no entró en la volata; Cannondale hizo lo que pudo por mantener a Sagan en cabeza. Nada pudieron hacer. Giant – Shimano hace y deshace. El tren formado por Timmer, Degenkolb y De Kort dejó el triunfo en bandeja para Kittel. El rey del sprint no falló. Londres y el Tour, a sus pies. Para los demás, las migajas.