El Tour de Francia de 1974 debía ser el duelo más esperado entre Eddy Merckx –ganador en cuatro ocasiones– y Luis Ocaña –campeón el año anterior–. Nada más lejos de la realidad, fue el quinto paseo triunfal de el Caníbal , que tiranizó la carrera ante la ausencia de su máximo rival, baja por una caída cuatro días antes de la salida. Tampoco corrrió Joop Zoetemelk y Bernard Thévenet no llegó en su mejor momento de forma. Se cumplen 40 años de una victoria a lo Merckx, con ocho triunfos de etapa y una ventaja de más de ocho minutos sobre su más inmediato perseguidor, Raymond Poulidor, ya veterano y eterno segundón.
Con 29 años recién cumplidos, Merckx se plantó en la salida de Brest tras haber conseguido su quinto triunfo en el Giro de Italia, que ganó con solo 12 segundos sobre Giambattista Baronchelli y 33 con Felice Gimondi. El campeón belga sufrió en una edición que José Manuel Fuente perdió en el Monte Carpegna con un Merckx contra las cuerdas. Aquel 1974 fue el año de la ‘Triple Corona’ con las victorias en Giro, Tour y Campeonato del Mundo. Un logro que solo repitió Stephen Roche en 1987. Pero ya no era el ciclista dominador de sus primeros años. Merckx logró 38 triunfos por los 51 de su anterior temporada y ninguno en grandes clásicas.
Operado en el perineo cinco días antes de empezar el Tour, Merckx acabó varias etapas con sangre en el culotte y sufrió más de lo que dice la clasificación. En el prólogo de Brest cumplió con los pronósticos y se enfundó el maillot amarillo, que perdió en la primera etapa. Una fuga de Ercole Gualazzini –ganador en la meta de St. Pol de Leon– y Joseph Bryère –nuevo líder– sorprendió a Merckx. En la segunda etapa, el Tour visitó el Reino Unido por primera vez en su historia. Lo hizo en una jornada con salida y llegada en Plymouth sin cambios en la general.
Merckx no se conformaba con la segunda posición, limó su desventaja con el líder gracias a las bonificaciones y recuperó la primera plaza en la clasificación dos etapas después en la meta de Caen. El Caníbal quería llegar de amarillo a Bélgica, pero perdió la oportunidad camino de Dieppe, cuando Gerben Karstens le arrebató el preciado maillot. Harelbeke acogió una etapa con doble sector y vivió el triunfo del Molteni en la contrarreloj por equipos, pero no fue suficiente para ver a Merckx en lo más alto de la general. Siempre competitivo, el belga recuperó la prenda una jornada después con su segundo triunfo parcial, al sprint en Chalons-sur-Marne, y ya no la soltó más.
Sin grandes alardes en la montaña, El Caníbal ganó seis etapas más, pero sufrió las escaramuzas de los españoles Gonzalo Aja y Vicente López-Carril, que pusieron la carrera patas arriba en los Alpes, y del siempre batallador Raymond Poulidor, el mejor de entre los favoritos en los Pirineos. Merckx administró su ventaja, siempre superior a los dos minutos, y sentenció cuando el Tour dejó atrás las dificultades montañosas. Rodador y gran fondista, se impuso en la contrarreloj de Burdeos y sorprendió al pelotón con una escapada camino de Orléans en una etapa que hoy llamaríamos de transición. Superado por Michel Pollentier en la última crono, Merckx ganó enrabietado en Paris y conquistó su quinto Tour a lo grande. Sería el último.