Fin de semana importante el vivido por Stéphane Rossetto en la Mayenne, adjudicándose su primera vuelta por etapas como ciclista profesional. Y digo importante, porqué pese al crecimiento que está mostrando este año en BigMat – Auber 93, el francés necesitaba esta inyección de moral para seguir demostrando a los que no confiaron en él, que estaban muy equivocados. Nada fácil ha sido para el fino corredor galo llegar a este punto, ya que estuvo a punto de colgar la bicicleta a finales de 2012 ante la falta de ofertas de equipos profesionales.
Curtido en la cantera del CC Nogent-sur-Oise, Sthépane Rossetto (Melun, Francia, 1987) cumplía los requisitos de un ciclistas muy completo, destacando quizá un poco más sus dotes como rodador y contra el crono, pero no desentonando nada en la montaña. Su carácter fuerte, impulsivo y a veces un tanto arrogante, le supuso una losa durante sus primeras temporadas como amateur, ya que lo tacharon de un ciclista difícil de manejar.
Algunas de sus victorias en el campo amateur, en especial el Tour de Gironde de 2009, le hicieron firmar su primer contrato profesional para el Vacansoleil Pro Cycling Team. Por aquel entonces en 2010 y con apenas 23 años, era una de las jóvenes figuras francesas del futuro, uno de esos ciclistas llamados a ser uno de los referentes para el ciclismo nacional. La realidad fue muy distinta y pese a realizar alguna que otra buena general, para Vacansoleil sus resultados no fueron lo suficientemente buenos como para renovar su contrato. Rossetto debía volver a sus inicios y recalificarse como amateur.
En el equipo que le vio crecer siempre tenía hueco y su recalificación de nuevo al CC Nogent-sur-Oise no iba a hacerle perder sus ilusiones de volver a ser profesional. Ganó varias carreras del calendario amateur francés, antes de ganar etapa en el Circuit des Ardennes y de dar una exhibición y ganar el prestigioso Tour des Pays de Savoie por delante de Warren Barguil. Días más tarde su estado de forma le regaló un bonito 5º puesto en el Campeonato de Francia absoluto de contrarreloj.
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A finales de 2012 le llegaba un momento difícil, había decidido que si no encontraba equipo profesional colgaría la bicicleta. Las ofertas no llegaban y los rechazos cada vez eran más difíciles de digerir. Pero entonces llegaron Stéphane Javalet (director deportivo) e Yves Prévost (gerente de BigMat – Auber 93) para ponerle sobre la mesa un contrato de un año. Y sin duda es una de las mejores decisiones que han podido hacer los directores de BigMat – Auber 93 en los últimos años. No tardó el de Melun en devolverles la confianza ganando una bonita etapa en el Tour de Limousin.
Para su director deportivo, Stéphane Javalet, uno de los objetivos es hacer de Rossetto otro Sylvain Georges y que el próximo año de el salto a un conjunto del World Tour. De momento está poniendo sus credenciales encima de la mesa y en este 2014 hemos visto un ciclista más crecido y mostrando una gran regularidad. Muy regular en las primeras citas del año, le vimos muy fuerte en el Col de l’Ospedale en el reciente Critérium Internacional. Lo de el fin de semana pasado ya es una muestra de que está pidiendo a gritos un sitio en un equipo francés del World Tour. Calidad no le falta y puede que muy prontito le veamos disputar las mejores carreras del calendario internacional, porqué pese a los que no creyeron y bajo ese 1,80 de estatura y de sus apenas 68 kg de peso, hay un gran ciclista escondido.
