Mucho puede decirse de aquel extraordinario equipo que fue Mapei. Sobran los calificativos para recordar aquellos años bajo el comando de Giorgio Squinzi en que su formación acabó convirtiéndose, sin ningún tipo de duda, en el mejor equipo del pelotón. Apoyado en las fusiones en sus primeros años con equipos consolidados como Clas-Cajastur y la escisión belga de GB-MG Maglificio nació la leyenda. Pero desde Cobbles&Hills nos remontamos a nuestro propio archivo. Un tríptico escrito en 2010, pocos meses después de echar a rodar. “Mapei, un gigante del ciclismo” (Parte I, Parte II y Parte III). Una lectura más que recomendada para enlazar con la situación que en estos momentos atraviesa la estructura, conducida por Patrick Lefevere.

La licencia italiana de Mapei pasó a ser belga cuando Quick Step asumió el patrocinio, pero no fue aquel el único cambio que sufrió el equipo. También lo hicieron los objetivos. Las clásicas pasaron a ser objetivo único de la temporada. Lejos quedaban los primeros años de la escuadra en que los vueltómanos tenían casi tanto peso como los clasicómanos, con el suizo Toni Rominger -llegado en 1994- a la cabeza, que en una primera mitad de año espectacular se hizo con Paris-Nice y Euskal Herriko Itzulia antes de rematar con su tercera Vuelta a España consecutiva. Pero no la irrupción del equipo en las carreras de tres semanas no quedó ahí ya que en 1995, tras conquistar el Tour de Romandie, añadió a su palmarés el Giro de Italia.

©AlBello

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A pesar de volverse a ver impotente en el mes de junio frente a Miguel Indurain, aquellas tres temporadas fueron seguramente los mejores años de la carrera de Tony Rominger. Su figura eclipsó a la de Abraham Olano, que también en la escuadra italiano vivió sus días dorados con sus podios en la Vuelta y el Giro. Pero el suizo hizo las maletas camino de Cofidis en la temporada 1997 y su marcha fue suplida con la llegada de Pavel Tonkov, ganador del Giro del año anterior, y a pesar de lograr dos podios en la Corsa Rosa el ruso nunca pudo repetir en las filas de Mapei el éxito cosechado como ciclista de la Lampre. Su marcha fue suplida con la llegada de un joven Cadel Evans, pero el paso del australiano por el equipo fue efímero.

Y todo ello mientras los Monumentos y Campeonatos del Mundo de ciclismo en ruta caían uno tras otro. Porque esa fue y esa es el alma del equipo. Las clásicas de Primavera se rinden año tras año, con alguna excepción, al abrumador dominio de un equipo que ha hecho de ellas el coto privado en el que controla, selecciona y gana. Hasta tal punto que con el relevo que Mapei dio a Quick Step, las carreras de un día pasaron a ser la meta única de los chicos de Lefevere. Con Kevin Seeldraeyers o Stijn Devolder como utopías para la lucha por clasificaciones generales, año tras año era un all-in a la Primavera. Y normalmente el resultado era satisfactorio.

Pero incluso el equipo más superespecializado del mundo del ciclismo debe adaptarse a la realidad. Y la realidad es que un ciclismo global exige equipos globales. Que rindan durante todo el año, de enero a octubre. En todos los escenarios, y en este punto la entrada de Omega Pharma como patrocinador principal unos años atrás ha acabado siendo el impulso necesario. De cara al tercer año de relación la farmacéutica hizo un requirimiento. El equipo debía tener presencia en las Grandes Vueltas. A cualquier precio, incluso prescindiendo de Sylvain Chavanel para poder cuadrar presupuestos.

El colombiano voló entre Barbaresco y Barolo. Foto © gazzetta.it

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La decisión estaba tomada, y sólo faltaba encontrar el que sería su estilete. Un ciclista de experiencia contrastada, que supieses arreglárselas con un equipo que no pudiese darle todo por él y que acabase contrato a final de 2013. El elegido fue Rigoberto Urán, y durante este Giro de Italia ha demostrado que la elección ha sido más que adecuada. Su simple presencia en las carreteras italianas ha dado al equipo una presencia infinitamente mayor de la que tenían antes de su llegada.

Han sido protagonistas y han luchado por la general. Como en los tiempos de Mapei. Un equipo puntero en todos los escenarios. Y también en las cotas, porque no olvidemos que hace apenas mes y medio vivimos la confirmación de Michał Kwiatkowski como futuro campeón de las clásicas de final del mes de abril. Omega Pharma – Quick Step lo tiene todo en la mano para ser el nuevo Mapei. ¿Como nunca debió de dejar de ser?