El Giro de Colombia. El amarillo, el azul y el rojo han pasado por encima del rosa en Trieste, con el himno colombiano cantado de forma coral por decenas de colombianos, de Boyacá, Antioquia o cualquier otro departamento, celebrando el triunfo de Nairo Quintana y también, cómo no, el de Rigoberto Urán. La Corsa Rosa, que terminaba hoy en el Friuli y no en Lombardía, se ha vivido con no mucha emoción pero sí con mucha emotividad, porque los éxitos colombianos levantan un país que tendrá mucho que decir los próximos años. Ya venían avisando, pero hoy, tras 27 años, Colombia ha vuelto a llevarse una Gran Vuelta. Ayer, Lucho Herrera. Hoy, Nairo Quintana.

Antes de cerrarse la edición de la carrera italiana, el pelotón encaraba un último parcial en cierto sentido único, extraño. No se vería tanto paseo y sí un circuito con una cota (San Giacomo) de una pendiente media suficientemente dura como para dar emoción. No estuvo mal.

En la entrada a Trieste Svein Tuft (Orica – GreenEDGE), que ya lo había intentado en la aproximación a la ciudad de Friuli, y Lars Ytting Bak (Lotto – Belisol), se escaparon cogiendo hasta más de medio minuto con cierta facilidad. Con Movistar no iba esta guerra, así que hasta que tanto Sky como Cannondale no se pusieron al tajo la ventaja del duo no comenzó a bajar. Dejaron el asunto entre 10 y 15 segundos a 4 y 3 vueltas para el final. Allí donde los tenían controlados, más o menos a la distancia a la que otros no se atrevían a salir en el repecho.

San Giacomo, corto pero con rampas máximas del 8%, vio como a 17 de meta atacaban Carlos Julián Quintero (Colombia), Stefano Pirazzi (Bardiani – CSF) y Valerio Agnoli (Astana) y se unían en el rápido descenso a la Riva III Novembre a Tuft y Bak. 10 segundos era la renta del quinteto al paso por meta cuando, entonces, restaban 14 kilómetros y dos vueltas del circuito para el final del Giro de Italia. Pero fueron cazados, y a dos vueltas para el final tampoco fructificó ningún intento (con otro Bardiani, Bongiorno, intentándolo en la cota y su descenso).

La última vuelta vio ataques de Adam Hansen (LTB) y, más tarde, en el último descenso hacia el puerto, de Daniel Oss (BMC). Ninguno de ellos fructificó, y el grupo encaró la recta de meta sin organización pero con las ganas de Nizzolo, Viviani, Farrar o Swift por estrenarse en este Giro. La aparición de los Fdj.fr con Bouhanni y su buzo no fue más que un espejismo, y los 150 metros últimos de Luka Mezgec hicieron recordar la superioridad de Giant – Shimano en el inicio de este Giro. La Corsa Rosa comenzó y acabó de la misma forma, con un corredor del equipo neerlandés ganando bajo la lluvia. Entonces Kittel y ahora Mezgec.

Tras el tremendo sprint del esloveno, tan cerca de “casa”, más lluvia y la fiesta de Movistar, que consiguió lo que quería cuando llegó a Irlanda, Fabio Aru, gran revelación de la carrera, Julián Arredondo, otra de las revelaciones con la azzurra sobre sus hombres, o Nacer Bouhanni, ganador de la clasificación de los puntos. Pero, sobre todo y más que nada, fiesta colombiana con Quintana y Urán como protagonistas desde un podio que ya piensa en 2015.

Luka Mezgec Giro