Arrancaba la jornada en Sarnonico con la resaca de lo vivido ayer camino de Val Martello. Una reunión de los directores de los distintos equipos para negociar sobre lo acontecido durante la etapa y la amenaza incluso de plante de alguno de los equipos provocaba un sinfín de rumores y comentarios. Llamó la atención especialmente la presencia del siempre curioso Oleg Tinkov, que asistió a dicha reunión con su maillot y su bicicleta. Al final, tras mucho discutir, la UCI ha tenido que intervenir, diciendo que los tiempos de la etapa y la general permanecerán como estaban ayer y zanjando por fin el tema.

Una vez los ciclistas tomaron la salida, se dedicaron poco menos que a volar. El tramo inicial de la etapa, que contaba con un tramo de ligero descenso, permitió al pelotón rodar como un tiro y dificultó las posibilidades de una fuga de fructificar. Así pues, no fue hasta el kilómetro 70 cuando un salto de Jos Van Endem (Belkin) y Thomas De Gendt (Omega Pharma – Quickstep) provocó el corte de 26 hombres que iban a jugarse la disputa de la etapa.

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Composición de la numerosa fuga de hoy (vía @Movistar_Team)

En el pelotón, un día de relax. Los principales rivales de Nairo Quintana se han limitado hoy a dejarse llevar por los Movistar en la plácida marcha del pelotón, mientras velan las armas para lo que queda de semana. Por delante, los equipos con múltiple representación en la fuga llevaban el mayor peso de los relevos mientras todos los miembros del grupo avanzaban hacia la meta. Cordialidad sobre la carretera que se disfrutó durante casi la totalidad de la jornada, mientras las diferencias crecían sin parar, hasta situarse por encima de los diez minutos.

Cuando quedaban unos 30 kilómetros a meta, de Gendt abría la veda de los ataques. Con un demarraje seco y fuerte abría hueco respecto a sus compañeros de fuga. Una diferencia estable, de unos 20 segundos, que mantuvo de camino a il Muro di Ca’del Poggio, muro corto pero con terribles rampas que sirvió para ayudar a decidir la etapa. En las primeras rampas del muro, Stefano Pirazzi (Bardiani – CSF) saltaba en persecución del belga mientras el resto de ciclistas de la fuga completaban la ascensión prácticamente de uno en uno. El italiano y el belga su unían en la pancarta de fin del puerto. Durante el descenso, técnico, mojado y difícil, otros tres ciclistas lograron unirse al dueto cabecero. Así pues, serían Pirazzi, De Gendt, Jay McCarthy (Tinkoff – Saxo), Tim Wellens (Lotto – Belisol) y Matteo Montaguti (AG2R La Mondiale) los que se disputarían la etapa.

Las piernas, el talento o simplemente la suerte sonrieron hoy a Pirazzi, que poco antes de la pancarta del último kilómetro lanzaba un ataque que le permitía coger unos metros de ventaja. Los otros cuatro escapados, incapaces de organizarse, solo pudieron contemplar con rabia como el italiano volaba hacia la meta. Al cruzar la meta protagonizó uno de los gestos de la jornada, al celebrar con rabia su victoria lanzado un violento corte de mangas al aire, sin un destinatario claro. La otra anécdota divertida de la jornada vino por detrás, en el grupo perseguidor. El campeón finlandés, Jussi Veikkanen (FDJ.fr) cruzaba la meta sexto aunque desconociendo que por delante ya habían llegado otros cinco ciclistas, y celebraba su “victoria” llevándose de regalo la foto y las risas de todos sus compañeros y los espectadores de la etapa. El pelotón, plácido, cruzaba la meta a más de 15 minutos, preparados ya para la resolución del Giro que se viene estos días.

 

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Stefano Pirazzi (Bardiani – CSF) celebra con rabia su primera victoria como profesional