El esperado final en Oropa tiene varias lecturas. Fue una etapa decepcionante, a tres o cuatro velocidades. La fuga metió pronto la segunda y abrió hueco en busca de la gloria. El pelotón no pasó del punto muerto y coronó el temible Alpe Noveis a ritmo de pachanga (Bouhanni, Swift y compañía llegaron a la cima con el gran grupo). Los favoritos y sus equipos se ‘fumaron’ el encadenado de la primera etapa de alta montaña. Odio eterno al ciclismo moderno.

La valentía de Rolland o Hesjedal, entre otros, rompió la monotonía en Bielmonte. Un movimiento bien trabajado -mención especial para el Europcar-, pero inerte. Ni tiró abajo la escapada ni descubrió las cartas de los aspirantes a la maglia rosa. Pozzovivo y Quintana lo dejaron todo para el final. Los ataques serios llegaron en el ‘pancarteo’ de Oropa. Suficiente para desnudar a Evans y Urán, que sufrieron como Indurain en la subida al santuario en 1993. Insuficiente para abrir grandes diferencias.

El dato

Oropa es un templo del ciclismo italiano. Lo es desde la exhibición de Pantani en 1999. Vito Taccone (1963) y Massimo Girotto (1993) ganaron en el santuario antes que ‘El Pirata’. Marzio Bruseghin (2007) se impuso en la cronoescalada a la rebautizada ‘Montagna Pantani’. Enrico Battaglin logró el triunfo en la quinta llegada del Giro a Oropa, terreno vedado del ciclismo transalpino. Cinco de cinco.

La imagen

Jarlinson Pantano soñó con emular a Pantani. Parecía justicia poética, casi divina. El escalador del Team Colombia afrontó el último kilómetro en cabeza. Las fuerzas le traicionaron en la recta final, con el santuario de Oropa al frente. Cataldo y Battaglin le superaron con creces al sprint. El colombiano cedió siete segundos y se derrumbó moralmente en meta. El sueño de Pantano tendrá que esperar.

Jarlinson Pantano, tercero en la etapa, rompió a llorar tras llegar a meta. Foto: @Col_Coldeportes

Jarlinson Pantano, tercero en la etapa, rompió a llorar tras llegar a meta. Foto: @Col_Coldeportes

El #Giro en Twitter

Pantani estuvo muy presente en Oropa. El Giro preparó un sentido homenaje a ‘El Pirata’. Manuel Quinziato no quiso ser menos. El italiano del BMC tuvo la mala suerte de sufrir una avería -como Pantani en el 99- en los primeros kilómetros de la subida, a solo nueve de meta. Quinziato formaba con Timmer el dúo de cabeza. Un problema con la cadena le apartó del triunfo, pero se lo tomó con humor:

Nunca se me había salido la cadena hasta hoy. Esperé a estar en una fuga a nueve kilómetros del final para ello. Suena un poco como la ley de Murphy!