Como el buen vino, Joaquim Rodríguez (Katusha) mejora con los años. Pasó por todos los roles de equipo: gregario, cazaetapas, escudero de lujo y capitano. Desde su llegada a Katusha en 2010 ha ampliado sus horizontes. De caballo ganador en los muros más exigentes a vueltómano de garantías. En 2012 hizo segundo en el Giro de Italia y tercero en la Vuelta a España. También fue tercero el año pasado en el Tour de Francia. No vamos a descubrir a Purito, rey del ránking UCI en las dos últimas temporadas. Solo le falta subir al escalón más alto del podio. La Corsa Rosa le persigue desde sus inicios como profesional. Es su gran objetivo en este 2014.

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Será la séptima participación de Joaquim Rodríguez en la ronda italiana. Debutó con la ONCE en 2001, el año de su estreno pro. Fue su primera grande y acabó a dos horas del ganador Gilberto Simoni. Purito volvió en 2005 con los colores del Saunier Duval. Terminó la carrera en la 80ª posición (la misma que en 2001) a más de dos horas y media del vencedor Paolo Savoldelli. Eran años de aprendizaje.
En 2008 regresó al Giro de la mano del Caisse d’Epargne. Con libertad de movimientos rozó la victoria de etapa (fue tercero en los finales de Alpe di Pampeago y Tirano) y en la general dio un salto cualitativo (terminó decimoséptimo). En 2009, su última temporada en la estructura de Eusebio Unzué, Joaquim Rodríguez abandonó la Corsa Rosa en la undécima etapa cuando luchaba por un triunfo parcial y el Top-10 en la general. Una lesión en su rodilla izquierda le mandó a casa antes de tiempo.
Su fichaje por el Katusha en 2010 nos descubrió a un sólido vueltómano. Purito ha acabado entre los diez mejores en sus últimas ocho grandes vueltas. Con el equipo ruso debutó en el Tour de Francia (ganó una etapa y acabó séptimo) y logró en la Vuelta a España el primero de sus cuatro podios en carreras de tres semanas. En 2011 retornó al Giro y terminó cuarto (era quinto antes de la descalificación de Alberto Contador) después de una última semana en la que demostró sus dotes de gran fondista.
La explosión de Joaquim Rodríguez en la Corsa Rosa se produjo un año después, en 2012. El escalador de Parets del Vallés ganó las etapas con final en Assisi y Cortina d’Ampezzo, vistió la maglia rosa diez días y se quedó a solo 16 segundos del triunfo final. El canadiense Ryder Hesjedal le quitó de las manos el trofeo Senza Fine en la contrarreloj final de Milán. Fue un desenlace tan épico como amargo para Purito.
Precisamente su escasa fiabilidad en la lucha contra el crono es el principal hándicap para Joaquim Rodríguez en este Giro de Italia 2014. Su aproximación a la Corsa Rosa parecía encaminada con su triunfo en la Volta a Catalunya, donde se impuso a Contador y Nairo Quintana. La preparación se torció en las Ardenas. Caídas en Amstel y Flecha Valona y retirada con malas sensaciones en Lieja. A su favor está un recorrido de extrema dureza. La terrible última semana se adapta a las cualidades del español. Purito tiene piernas para una grande.
Ojalá se lo lleve. Se lo merece más que nadie.