Siempre es una buena noticia ver a los grandes equipos del pelotón en la búsqueda de la excelencia. En este caso, el Orica – GreenEdge parece dispuesto a resolver uno de los problemas más graves que ha tenido desde su creación: la pobre presencia en las grandes vueltas. Pese a que corredores como Simon Gerrans, Michael Albasini, Daryl Impey o Michael Matthews entre otros han hecho prácticamente de todo para que el equipo australiano consiguiera firmar buenas actuaciones cada año, siempre se han visto con la mancha del discreto papel en las generales de las grandes vueltas en su currículum. En este Giro de Italia parece que ya van a poner la primera piedra para que esa situación se revierta, algo que sin duda va a ser una gran noticia para sus aspiraciones.
Dos son los corredores que van a intentar darle presencia y protagonismo al Orica – GreenEdge en esta carrera: Ivan Santaromita y Pieter Weening. Ambos, con cierta experiencia ya a sus espaldas y con ganas de asumir el liderazgo de un equipo en este tipo de escenarios, son las dos armas de las que va a disponer el equipo australiano para asaltar el Top-10. Tampoco habrá que perder de vista a Cameron Meyer, si bien ya parece que queda lejos de cualquier opción para disputar la general tras lo demostrado en los últimos años, la opción de la sorpresa puede ser una posibilidad.
Ivan Santaromita cambió de aires este invierno dejando al BMC y marchándose al conjunto australiano con un maillot de campeón nacional bajo el brazo. En la pasada Vuelta a España ya fue capaz de demostrar que tiene alma de vueltómano aunque se le hiciera demasiado larga la última semana y no consiguiera un buen puesto. Este año, con el cambio de equipo y la responsabilidad que supone ser líder, es de esperar que consiga ir a más y el Top-10 parece un objetivo más que factible. Junto a él estará Pieter Weening, un corredor que no deja de despuntar en las vueltas de una semana pero al que parece que las vueltas de tres semanas le quedan un poco grande. Este año, donde el Orica ha dado un paso adelante buscando un cambio de mentalidad en las grandes vueltas, podría servir para motivar a Weening de cara a pelear por un Top-10.

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Lo que es cierto es que el Orica – GreenEdge necesitaba forzar este cambio de actitud en las grandes vueltas. Como se observa en el gráfico, su participación en las generales de las grandes vueltas ha sido prácticamente testimonial, siendo un 38º puesto el mejor puesto conseguido. Si bien es cierto que han conseguido justificar y a veces de sobra su participación en estas carreras a través de victorias de etapa e incluso llegando a vestir el maillot de líder en algunas ocasiones, se tornaba necesario buscar también un buen papel en las grandes vueltas. Con Santaromita y Weening van a poner la primera piedra, y junto a corredores como Esteban Chaves o los hermanos Yates, el Orica – GreenEdge debe empezar a explorar un terreno obligatorio para un equipo que quiere consolidarse como uno de los grandes del pelotón.
EL CRONÓMETRO MARCÓ MÁS DIFERENCIAS DE LAS QUE ESPERÁBAMOS
La etapa inicial del Giro aparentemente se la consideraba una etapa más bien cara a la galería, un homenaje a favor de los aficionados al deporte ciclista. Los 21,7 kilómetros recorridos bajo la fórmula por equipos, a primera vista era un sector de poca trascendencia. Sin embargo, el equipo Team Katusha, en donde se encuentra uno de los favoritos, el catalán Joaquim Rodríguez, perdió nada menos un minuto 33 segundos con respecto a la escuadra vencedora, el Orica Green Edge, originaria de tierras australianas, un conjunto bien acoplado. Rodríguez, que no es un especialista contrarreloj, perdió unos segundos ya que han favorecido al colombiano Nairo Quintana, otro de los favoritos, con 38 segundos, por nombrar a alguien. Otro de los que sacó provecho a la partida fue Cadel Evans, y así algunos más de los ciclistas más considerados en este Giro. Confiemos que las etapas de alta montaña que han de venir nos hagan olvidar esta espina sufrida por el hombre de Parets. Tiempo habrá para resarcirse de este mal comienzo.