Alineación de planetas, el fin del mundo, rayos y retruécanos, isotropía, honor y gloria. Todos nuestros HÍDOLOS juntos por primera vez en la temporada para correr la Paris – Niza, una prueba para segundones como Contador, LL Sánchez, Valverde o Purito. Los verdaderos cracks del circuito ciclista mundial prefieren ganar en Qatar, Australia o la India, y abrir fronteras al ciclismo como quedó demostrado en febrero. Total, que mientras la gente divagaba sobre la subida de AC a Mendé y las tácticas borreguiles segundonas de Caisse, nuestros HÍDOLOS iban acumulando kilómetros para preparar futuras e importantes citas, como la Volta a Catalunya y el pavés flamenco.

La Volta a Catalunya, una de las decanas del ciclismo mundial que está viviendo uno de sus peores momentos de su historia, tuvo que pedir la ayuda de nuestros HÍDOLOS Pauwels y Haedo para cambiarla.

Pauwels siguió su turismo rural de principio de temporada. En sus vacaciones por España, tras su paso por Andalucía y la Ruta del (no) Sol, era el turno de hacer una visita a Cataluña. De nuevo frío durante la carrera y nuestro intrépido belga que vuelve a decir que no acaba la carrera. Que está hasta la visera de la gorra del país este del sol y el tintorro, que ni una cosa ni la otra, y que se ve a casa. Que ya volverá a competir un día de estos si eso, si el tiempo lo permite, claro.

Mientras tanto, Jay Jay “La locomotora de Chascomús” Haedo hizo lo que se esperaba de él. Dar un poco de brillo a la carrera. Ya en la 2ª etapa con final en Banyoles y con la victoria en el bolsillo, prefirió cedérsela a un alicaído Cavendish que seguía sin mojar a finales de marzo, un acto de buena fe de Jay Jay, sin lugar a dudas. Pero en el circuito de Montmelo, en la última etapa, el argentino estaba como pez en el agua y no dejó pasar la oportunidad, victoria placida con enorme suficiencia ante la atenta mirada del hermanísimo.

El magnánimo DIOS Greipel, principal y único favorito para ganar la Milán – San Remo, ya fuese atacando en el Poggio o en el sprint masivo, al puro estilo Merckx, decidió ceder su plaza al llorica de Cavendish para que ganase su 2ª edición consecutiva. Nada más lejos de la realidad, el corredor británico hizo el ridículo y tras besar el suelo en un par de ocasiones, acabó en el mismo grupo de Zandio (¿?). Como tampoco es plan de ir avasallando por todo el calendario ciclista, el bueno de André dejó a Eisel y Cavendish que se lucieran en el pavés belga, y decidió que ya era hora de parar.

Así llegamos al turno de Johnny Hoogerland, nuestro Globero favorito, que por exigencias del guión tuvo que marcharse con su equipo a tierras belgas a disfrutar del adoquín. Tras unas cuantas carreras sin demasiada importancia en el mundo ciclista como la que atraviesa Flandes, la de la autopista E3 y la de los sprinters de Wevelgem las cuales ganaron un danés, un suizo y un austriaco, cual chiste malo, llegaba el turno de De Ronde. El resultado es de sobra conocido, desparrame en Koppenberg, y nuestro HIDOLO que lo intenta de camino a Molenberg con todo el mundo saliendo a su rueda, como rival a batir que era. Ante tal tesitura, el pobre Johnny tuvo que dejar marchar al suizo y al belga para que se jugasen la carrera, ya que a él no le dejaban marchar. Otro año con menor vigilancia será.