Aceptémoslo, La Redoute hace años que no es decisiva en el devenir de Liège-Bastogne-Liège. Por más que cada año la esperemos con ansias, por si acaso pasase algo, por más que sabemos que nunca pasará nada. Es el ciclismo del siglo XXI. Sabedores de ello, desde ASO, empresa organizadora de La Doyenne se pusieron en marcha para buscar soluciones que devolviesen a la carrera su histórico atractivo, y entre todas las opciones que se barajaron se optó por la supresión de la Côte de Sart-Tillman-Tilff, situada entre la Côte de Sprimont y la Côte de Saint-Nicolas, en favor de una nueva cota, la Côte de la Roche-aux-faucons (1,5km al 10%). El objetivo de la su inclusión en 2008 era doble, incorporar dureza a la parte final del recorrido y reducir al máximo el llano existente antes de la Côte de Saint-Nicolas.

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Posteriormente el tramo final de la carrera iría cambiando con los años, cambios que buscaban el mismo objetivo que la inclusión de la Roche-aux-faucons, pero ninguna ha llegado a tener la trascendencia que esta nueva cota ha tenido desde su incorporación. Situada a 15km de la línea de meta en Ans, año tras año era allí donde la carrera se rompía antes de su decisión en Saint-Nicolas y Ans, si los corredores estaban por la labor. Así, en las cinco ediciones que fueron desde 2008 a 2012 el aficionado interiorizó esta subida como una subida imprescindible para el devenir de la Liège-Bastogne-Liège, y por eso cuando se anunció su no-inclusión en la edición 2013 muchos se echaron las manos a la cabeza sabedores de lo que se les podía venir encima.
Se sustituyó a última hora por la Côte de Colonster (2,4km al 6%), incumpliéndose las dos máximas que habían servido para incluir la Roche-aux-faucons; ni se aumentaba la dureza, ni se reducía el llano. Pero no había más opción, a escasas semanas de la celebración de la carrera no había más margen de maniobra. Y realmente, durante la edición del año pasado se echó de menos la Roche-aux-faucons cuando un pelotón muy numeroso llegó al pie de Saint-Nicolas dispuesto a jugarse la carrera, aunque por suerte, el ataque de Carlos Betancur fue definitivo y un grupo de cinco ciclistas se jugó la victoria en Ans. Así que de cara a la disputa de la carrera del domingo no puede haber mejor noticia que el retorno de esta ascensión que en apenas cinco ediciones se ha convertido en imprescindible para la carrera, así que como no podía ser de otro modo la Roche-aux-faucons no faltará al centenario de la Liège-Bastogne-Liège.

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