Simon Gerrans (Melbourne, 1980) lleva remando a contracorriente durante los últimos ocho meses en los que ha conjugado actuaciones brillantes truncadas por constantes lesiones y enfermedades inoportunas. Su baja más inesperada fue la repentina caída de la lista de ocho para Milano – Sanremo, cubierta por el también australiano Brett Lancaster, debido a una alergia crónica al olivo que sufre durante los primeros meses de la primavera. Previamente tampoco finalizaría Paris – Niza debido, según el propio director técnico de Orica – GreenEDGE Matt White, a un descanso planificado para optimizar su estado de forma de cara al primer gran objetivo de la temporada europea, las clásicas de las Árdenas.

Igualmente ocurriría en las siguientes citas en la Vuelta a la Rioja y Vuelta al País Vasco, en las que su función se centró exclusivamente en apoyar al esprinter Michael Matthews en conseguir el triunfo en Logroño de la ronda riojana, al que no pudo ayudar hasta el final a consecuencia de un pinchazo, y en la tercera etapa en Vitoria – Gasteiz de la reciente Itzulia en la que al día siguiente no tomaría la salida siguiendo escrupulosamente el plan establecido.

Pero su racha data desde agosto de 2013, cuando se vio obligado a abandonar al acabar la 13ª etapa de la Vuelta a España camino de Castelldfels después de que una resonancia magnética revelara una fractura en la cadera producida por una caída en la tercera jornada en Villagarcía de Arousa lo que puso forzosamente punto final a una histórica temporada.

Histórica pues disfrutó de una de sus mejores años hasta la fecha obteniendo victorias de etapa en el Tour Down Under – Old Willunga Hill-, Volta a Catalunya -Valls- y Vuelta al País Vasco -Elgoibar- para más tarde ocupar el tercer lugar en la Amstel Gold Race, por segunda vez en tres años. Pero lo más destacado sin duda fue lo conseguido en el Tour de Francia, donde ganaría la tercera etapa en Calvi por delante del gran favorito Peter Sagan y 24 horas después se enfundara el maillot amarillo tras la victoria con los suyos en la crono por equipos, “fue algo totalmente buscado, sabíamos que esa primera semana sería propicia para ganar una etapa y vestirnos de amarillo; por suerte me tocó a mí llevarlo pero lo disfrutamos como un logro de todo, fue fantástico”.

Aquella lesión posterior en La Vuelta frenó en seco sus aspiraciones mundialistas donde tenía grandes aspiraciones, pasó dos meses lejos de la bicicleta para a finales de noviembre volver a los entrenamientos con la mirada puesta en 2014 y en la primera cita en los campeonatos nacionales del mes de enero. Volvería a la competición con ganas de resarcirse y no tardaron en llegar resultados, consiguió vestirse con el amarillo y verde del nacional y comenzar una temporada en su mejor versión, ganando etapa y general en el Tour Down Under y ser compañero decisivo para Simon Clarke para imponerse en el Herald Sun Tour.

Gerrans, durante la pasada Itzulia. Foto © Iraia Calvo

Gerrans, durante la pasada Itzulia. Foto © Iraia Calvo

Con la primera parte del trabajo hecho, llegaba el descanso para preparar el desembarco a Europa donde la reaparición estaba fijada en Gp Camaiore y Paris – Niza como primeros test. “Estaba en una condición magnífica y tras el parón obligado del año pasado, los días de descanso en casa, la fantástica rehabilitación posterior y el entrenamiento completo durante los meses siguientes dieron sus frutos. En Australia fue todo según lo previsto, la llegada a Europa en cambio ha sido más metódica para llegar a abril en el mejor momento”.

De Brabantse Pijl – La Flèche Brabançonne, Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja – Bastoña – Lieja “son mis objetivos porque son carreras que van perfectas a mis condiciones con finales muy explosivos, pero Lieja tiene algo especial por ser un monumento del ciclismo y es dónde me gustaría ganar, no lo voy a negar, luego cada carrera es un mundo y lucharé por cada una de ellas al máximo”, aseguraba el vencedor de Milano – Sanremo 2012 a quien le entusiasma la idea de sumar el segundo monumento de su carrera y completar un palmarés único en su país.

Luego proyectará sus ilusiones en repetir aventura en el Tour de Francia para como mínimo estar a la misma altura del año anterior, “aunque no consigamos ganar más etapas que en 2013, el amarillo sería la prioridad”, precisando que en ningún caso habla en primera persona sino en el del equipo.

Finalmente indica que desea lcanzar un segundo pico de forma centrado principalmente en el Mundial de Ponferrada. “No correré la Vuelta para preparar el Mundial, iré a Francia y Canadá para ponerme a punto porque creo que puedo hacerlo muy bien sin tanto rodaje previo”. Entrenar duro en Australia y Monaco y esquivar infortunios es la receta con la que piensa alzarse con el arcoiris. Antes, mucho antes, llega una semana intensa, la semana de las Árdenas, ¿se hablará por fin de un triunfo de Simon Gerrans?