Año 3 d.K, o después del Kapelmuur. Las épicas fotos del tremebundo uro que lleva a la capilla y de los fanáticos que año tras año acudían a la liturgia en un sitio de honor forman parte del pasado, pero no con ello el misticismo de De Ronde van Vlaanderen, destinada únicamente a un puñado de elegidos por las particulares condiciones en las que se desarrolla la carrera.

En primer lugar, están las temibles rampas y el suelo empedrado de los muchísimos a superar a lo largo del recorrido, que obligan a poseer un fondo y una fuerza espectacular simplemente para llegar vivo a los últimos kilómetros. Unos condicionantes que dieron lugar el pasado año al duelo irremediable entre Fabian Cancellara y Peter Sagan, aun corriendo ambos prácticamente solos, sabiéndose compensar todos las vicisitudes de esta carrera a pura pierna. Demostración que no ha caído en el olvido y que les convierte, junto a Sep Vanmarcke, en nuestras apuestas para el podio pese a encontrarse en situaciones bastante similares -Stijn Devolder y Oscar Gatto serán prácticamente sus únicos escuderos, a la vez que ‘outsiders’-.

Otros que también apuntan a tener que jugarse los cuartos en soledad con Borut Bozic, Bjorn Leukemans, Andrey Amador, Egoitz García –nuevo referente ibérico en estas carreras tras la retirada de Flecha- o un Filippo Pozzato que, tras ser segundo dos años atrás, llega envuelto en un mar de dudas que lo tirarían de cualquier cábala de no ser por su talento y bagaje.

Del mismo modo, la suerte -y la correcta búsqueda de la misma- resulta fundamental en un prueba repleta de tensión y caídas por los estrechos caminos por los que transcurre. Conocer los tempos y estar adaptado a la forma de correr del norte es básico para obtener un buen resultado, y es la principal baza con la que cuenta parte de una parroquia local en la que llaman la atención los nombres, entre otros, del incipiente Tom van Asbroeck, Greg Van Avermaet, Jürgen Roelandts o Dries Devenyns, quien además de velar por sus propios intereses correrá con un ojo puesto en su compañero John Degenkolb, que durante la presente primavera ha explotado como algo más que un puro velocista y tiene ciertas opciones a sorprender si la carrera no se vuelve demasiado selectiva con la nueva disposición, al igual que su álter ego francés, Arnaud Démare; o el ganador de la Milano-Sanremo, Alexander Kristoff.

Tras brillar en 2013 Jürgen Roelandts intentará repetir actuación ©Lotto-Belisol

Tras brillar en 2013 Jürgen Roelandts intentará repetir actuación ©Lotto-Belisol

No obstante, hay otros ciclistas que, aun nacidos en otras partes de mundo, conocen el terreno como el jardín de su casa, en base a los años, las canas y los kilómetros dejados en los páramos flamencos, una cuestión que nunca es baladí en un monumento. De modo que, aunque el inexorable paso de la edad parece haber dejado atrás los mejores años de algunos de los siguientes ciclistas, serán –de nuevo-, importantes ruedas a seguir el próximo domingo. Destaca en este grupo Sylvain Chavanel, desencadenado tras un lustro del yugo de Lefevere y que ya ha dado exhibiciones en este mismo paraje en pasadas ediciones, pero no podemos olvidar a gente como Marcus Burghardt, que demostró en la Volta estar en un momento radiante; el incombustible Luca Paolini; o el hasta ahora desaparecido Heinrich Haussler, que veremos si puede compensar con sapiencia su falta de piernas para ayudar a Mimosa.

Y por último, pero no menos importante, y es lo que posiblemente la diferencia del resto de los monumentos -incluso del Infierno del Norte- son las infinitas situaciones tácticas derivadas de los continuos cortes, reagrupaciones, enganchones y ataques que se plantean casi a cada metro, generadas mayormente por escuadras que por cultura, por enfoque y por medios son capaces de aglutinar muchos grandes corredores en un terreno tan específico del que muchos, simplemente, pasan. Y en este ámbito, no hay ninguna más grande que Omega Pharma-Quick Step, que presenta unos de los ochos más potentes que se recuerdan, con varios potenciales ganadores que estarán liderados, como siempre, por Tom Boonen. El de Mol acude a la salida de Brujas con la mira puesta en el que sería su histórico cuarto triunfo aquí y el octavo monumento de su trayectoria, aunque un estado de forma inferior al de otros años abren las puertas a la temible horda de gregarios encabezada por Niki Terpstra, y que cuenta con Zdenek Štybar y Stijn Vandenbergh como posibles aspirantes a todo si las circunstancias de la competición les fueran de cara.

No serán los únicos que cuenten con el bloque como principal baza para brillar, aunque los demás están dos o tres escalones por debajo de ellos. Para rodear a Vanmarcke, Belkin cuenta con ciclistas con mucho oficio en este terreno, así como con otro aspirante a brillar en Oudenaarde como aliado -Lars Boom-. Al mismo nivel podemos situar al Sky, que presenta un plantel que auna calidad y experiencia para proteger las opciones de Edvald Boasson Hagen y Geraint Thomas, quienes ante la baja de Ian Stannard quedan como dos principales bazas británicas. Cabe mencionar el buen plantel que tiene para una cita de este tipo AG2R-La Mondiale, quien sin embargo acusa la falta de un buen capitán más allá de Sébastien Turgot, a quien se le tendrán que aliar todos los astros -al igual que a su paisano todoterreno, Tony Gallopin- para poder aspirar a algo por encima del simple puesto.

"Para cada ración de escepticismo existe un antídoto de fe" Foto @BrakeThrough  @opqscyclingteam

“Para cada ración de escepticismo existe un antídoto de fe” Foto @opqscyclingteam