Peter Sagan ha dejado en Harelbeke su mejor actuación de la temporada 2014. El eslovaco de la Cannondale ha sido superior en el E3 Prijs Vlaanderen y ha ganado una carrera que controló en los últimos 30 kilómetros. Y aun así, las carreteras flamencas han fortalecido esta tarde el papel de favorito de Fabian Cancellara para De Ronde.
A falta de ataques hasta los últimos 40 kilómetros —ni siquiera Tom Boonen se movió en el Taaienberg, lo que luego tendría explicación—, la selección del pelotón se hizo por una caída. Justo antes del Kapelberg, una montonera rompió al grupo en varios pedazos: lo más importante es que a Cancellara le habían pillado atrás.
Y no en el segundo ni en el tercer grupo, sino que el suizo estaba al menos en el cuarto cuando la victoria se empezó a decidir. Apenas cinco minutos antes de la caída, las cámaras habían mostrado al suizo bajando despreocupadamente a hablar con su coche. A veces Flandes no perdona esos detalles.
A Cancellara la caída le dejó sin su cuarta victoria en Harelbeke pero enfatizó su condición de favorito para Flandes y Roubaix. La exhibición de Espartaco en los kilómetros posteriores fue lo más brillante de la carrera: empezó a adelantar rivales en el llano como si fuera sobre raíles, siguió igual en el Kapelberg y para el final del Oude Kwaremont, el siguiente muro, ya estaba a la altura de Tom Boonen.
Boonen, irreconocible, se había descolgado con el ataque de Geraint Thomas en el Kwaremont. El gran talento galés rompió el tren brutal de Omega Pharma-Quickstep (Terpstra, Stybar, Vandenbergh, Van Keirsbulck) e hizo la selección final de la prueba. Niki Terpstra y John Degenkolb le siguieron mejor que Sagan, que llegó en segunda instancia. Los cuatro se reunieron con los supervivientes de la escapada, Jerome Cousin (Europcar), Florian Sénéchal y Laurens De Vreese.
Justo al terminar de bajar el Oude Kwaremont, Cancellara lideraba un grupo a solo 12 segundos de la cabeza. El suizo rozaba en esos momentos la gesta de una resurrección entre adoquines: volver a ser el favorito a la victoria después de estar eliminado. Pero el apoyo de Stijn Devolder no fue suficiente y no hay rival que se atreva a tirar de su grupo si Espartaco está con él. La carrera se fue por delante.
Lo que no consiguió Cancellara lo hizo con disimulo Stijn Vandenbergh: el belga llegó en solitario a la cabeza y le dio superioridad numérica al Omega Pharma-Quickstep. Sagan gestó su victoria poco después, en el Karnemelkbeeks, cuando atacó para descolgar a John Degenkolb. Solo el alemán podía inquietar al eslovaco en el sprint. Sagan consiguió eliminar a Degenkolb, que aun así sale reforzado de Harelbeke pensando en lo que viene.
Se quedaron por tanto Sagan y Thomas solos frente a Terpstra y Vandenbergh. Con los perseguidores a casi un minuto —Cancellara volvió a atacar a 13 de meta: entre el ataque y el tirón para anularlo, la diferencia bajó en 20 segundos, pero no pasó a más—, esperaba una resolución a ráfagas, con Terpstra y Vandenbergh para quemar a Sagan. Así sucedió desde el km. -6: empezó el holandés y siguió el belga, con menos chispa.
La pólvora seca de Vandenbergh y la victoria de Terpstra hace dos días en la Dwars Door Vlaanderen vaticinaban un potente ataque final del último, pero nunca sucedió. Sagan manejó la situación con maestría incluso cuando Thomas, que bailaba con la más fea, anticipó el sprint.
Sagan adelantó a Thomas y su victoria nunca estuvo en duda: le sacó una bicicleta a Terpstra, segundo, y Thomas. El campeón eslovaco gana la segunda semiclásica de su carrera tras la Gent-Wevelgem del año pasado y, más importante aún, borra el mal recuerdo de la Milano-Sanremo. Salvo desgracias, Sagan estará para Flandes, y también Cancellara. En frente, el impresionante bloque de OPQS, al que le faltó el remate de Tom Boonen para ganar, solo el cuarto o quinto hombre más fuerte del equipo hoy. ¿Estará Tommeke?