Dicen que no vienen tiempos felices para el ciclismo español. Que disfrutemos estos años en los que se ganan monumentos, grandes vueltas y todo tipo de carreras porque, cuando se retiren los que están se nos acaba lo bueno. Este grupo de “los que están” se refiere principalmente a los Purito Rodríguez, Alejandro Valverde, Alberto Contador y Samuel Sánchez. Pero la verdad es que algunos de los que tenían que estar ya no están, y es que las retiradas de Joan Antoni Flecha y Óscar Freire empiezan a evidenciar que algunos terrenos en los que llevábamos unos cuantos años dejándonos ver ya quedan descubiertos.

Pero entre tanto pesimismo y sentimiento de nostalgia prematura, nuestros jóvenes ciclistas nos regalan motivos para la ilusión y para creer. Uno de esos momento se vivió el pasado domingo, en Italia, cuando Juanjo Lobato (Movistar Team) cruzó la meta de la Milano – San Remo en 4ª posición, con unas sensaciones magníficas. Subiendo el Poggio con los mejores y lanzando un fantástico sprint buscando el podio en el que, de no haberse visto cerrado, quizá lo hubiera conseguido.

El ciclista gaditano firmó con la escuadra telefónica este verano con la intención de progresar y crecer con calma mientras aspiraba a victorias y buenos resultados, pero la realidad está siendo bien distinta. Su salto de calidad es tremendo y está dando muchas razones para pensar que en sus piernas está el futuro de los sprints españoles. Sin haber conseguido aún una victoria que marque la diferencia, Lobato había dejado ya destellos de calidad en el Tour de Dubai, donde solo un excelso Marcel Kittel le privó de la victoria y en una Clásica de Almería donde Sam Bennett y la falta de entendimiento entre los Movistar Team le impidieron ser más que segundo.

lobato y freire

Óscar Freire y Juanjo Lobato rodado juntos. Quién sabe si el gaditano llegará a hacer cosas tan grandes como el Genio del Arcoiris

Buenas sensaciones y posiciones para el gaditano, aunque nada comparable con lo del domingo. La Classicissima, casi 300 kilómetros de sufrimiento bajo la lluvia y el frío y ahí, en su primera participación, el velocista de la escuadra telefónica ya dejó muestras de su calidad. No sabemos si llegará a ganar alguna vez este monumento, y solo los más soñadores pueden pensar ahora mismo que alcanzará el triplete de Óscar Freire, aunque motivos para el optimismo hay.

Quizá en Movistar Team deberían empezar a jugar su baza con más claridad en los sprints de distintas carreras poniendo a gente a trabajar para prepararle las llegadas. Quizá deberían ayudarle a buscar a sus límites, incitándole a no quedarse solo en un buen velocista después de lo demostrado el domingo. Quizá estemos ante un genio capaz de ganar monumentos y mundiales pronto. Aunque en definitiva, quizá deberíamos limitarnos a disfrutar de lo que tenemos y ver como Lobato crece saboreando sus resultados en pruebas donde no tenemos más corredores de sus características capaces de destacar.