A estas horas ya poca gente de la que se interesa por el mundillo del ciclismo no se habrá enterado todavía de la gran bomba informativa que ha soltado l’Équipe con la publicación de los índices de sospecha de dopaje de todos los corredores que fueron de la partida en el pasado Tour de Francia.
Estamos acostumbrados a situaciones absurdas en el universo paralelo que se mueve en los despachos del ciclismo, pero ciertamente ésta es de las destacadas. Si ya es dudoso que sea éticamente correcto calificar la probabilidad de cometer un delito, con la filtración de un documente confidencial de la Unión Ciclista Internacional y la Agencia Mundial Antidopaje se ha sobrepasado una barrera ante la que los ciclistas deberían demostrar la unión de la que tanto se han llenado la boca los últimos días.
Todos conocemos ya como los ciclistas han sido elegidos como los grandes apestados en la lucha global del deporte contra el dopaje, siendo los deportistas que pasan más controles –y los más severos- a lo largo del año, muy por encima de cualquier otro deporte. Y como en los tiempos que vivimos a la prensa, general y en algún caso también la especializada, le va el sensacionalismo, tiene en el ciclismo su cabeza de turco sobre el que llenar páginas de periódicos y minutos de radio y televisión; no importa en ningún momento el daño casi mortal que le están haciendo al ciclismo.
Tenemos ya varios actores identificados en esta trama, pero todavía queda algún agente que debiera sonrojarse por el flaco favor que le hace a este deporte. ASO, el gran gigante capaz de intervenir, casi siempre victorioso, en las decisiones de la UCI.
Escépticos como somos muchos de los que formamos parte de C&H no nos extraña que se hayan elegido estas fechas para hacer público el documento, precisamente estas fechas, cuando el centro de atención mundial del ciclismo está en Italia siguiendo un Giro que poco a poco va despertando de su letargo y cada vez levanta más pasiones que el mismísimo Tour de Francia. ¿Realmente vamos a creer que es una casualidad? El poder de ASO es inmenso y no van a dejar que nadie le haga sombra a su producto estrella, y si se tiene que disfrazar de buitre carroñero ha dejado claro que no tiene ningún tapujo.
El aspersor de la mierda está enchufado, cojan sus paraguas si no quieren mancharse.
Que triste que sea la UCI quien saque esta lista, se supone que es un organismo que apoya al ciclismo y con esto parece que solo busca mancharlo mas, y es mas triste que haya sacado esta noticia justo despues de la muerte de wouter. Ahora la gente va a decir que el ciclismo es sucio y ademas peligroso.