A Eduardo Sepúlveda (Rawson, Argentina, 1991) la llamada del Centro Mundial de la UCI le cambió la vida. Fue en 2012, después de proclamarse campeón panamericano de contrarreloj en categoría sub23 y ser tercero en élite. El ofrecimiento de una plaza en Aigle despejó sus dudas ante su presente ciclista, una oportunidad para encarrilar su futuro lejos de su Argentina natal. Hasta entonces, competir con la selección nacional fue su sustento. Lo hizo ese mismo año en el Tour de San Luis y, anteriormente, incluso disputó algunas pruebas amateurs en España, un calendario que el combinado nacional frecuenta en la temporada estival. Allí destacó al ser tercero en San Román y cuarto en la Clásica Santiago.
Después de debutar en San Luis, su pensamiento pasaba por buscar un equipo amateur en España pero la oportunidad que se presentó con el Centro Mundial de la UCI lo cambió por completo. Allí, junto a corredores emergentes como Natnael Berhane, Issiaka Cissé o Tsgabu Gebremaryan Grmay, se formó como ciclista gozando de ocasiones para disputar pruebas de la Copa de las Naciones y otras citas importantes del calendario sub23 como Aosta. Pronto comenzó a destacar. Lo hizo en el ZLM Tour al finalizar segundo al no poder superar a Maxime Daniel en el sprint final. Continuó en Saguenay donde concluyó quinto en la clasificación general pero antes, en Francia, logró la primera victoria en Europa al anotarse un parcial del Tour de Franche Comté Cycliste.
Su rendimiento y progresión le llevaron a ser stagiaire con FDJ – BigMat en la segunda mitad de campaña. Del anonimato a la máxima categoría en apenas seis meses. Con la escuadra francesa debutó en la Paris – Corrèze disputando después el Tour du Limousin donde fue tercero en el prólogo. Regresó a la categoría sub23 para participar en el Tour del Porvenir donde clasificó decimocuarto cerrando la temporada con un papel discreto en el Mundial de Limburg. Su año, ilusionante y prometedor, no convenció a los dirigentes de la FDJ – BigMat al no firmarle un contrato profesional. Si lo hizo Bretagne – Séché Environnement de categoría Profesional Continental que dio la alternativa a Eduardo Sepúlveda con un contrato de dos años.
Así comenzó su andadura profesional. Con la lógica duda de la aclimatación a la competición disputó la campaña 2013 donde le costó entrar en acción. Fue a finales de abril, en el Tour de Bretagne -uno de los objetivos del equipo- donde finalizó en decimocuarta posición. Después de debutar en una prueba del World Tour, Dauphiné, brilló en el modesto Breiz Breizh (2.2) al ser sexto en la general acompañado días más tarde con un décimo puesto en Getxo su mejor momento de la temporada. Cerró el año siendo noveno en el Tour du Poitou Charentes y décimo en el Mundial contrarreloj sub23 a poco más de dos minutos de Damien Howson.
Después de una primera campaña de altibajos, 2014 ha comenzado con buen pie para Eduardo Sepúlveda. Confiado en sus posibilidades ha demostrado en sus dos primeras competiciones un importante salto de calidad. Tras sentar la base física en las largas rectas de su Patagonia natal, la montaña, uno de sus puntos a reforzar, se ha convertido en un aliado gracias a una notable mejoría. Las largas cabalgadas de diciembre y enero dieron sus frutos en la mejor prueba del calendario argentino, el Tour de San Luis. Rodeado de estrellas, Eduardo Sepúlveda logró clasificar en sexta posición después de sus tres buenas ascensiones al Potrero de los Funes, Cerro El Amago y Mirador del Sol -décimo, undécimo, décimo-.
Pero si sorprendió en San Luis, en el Tour del Mediterráneo confirmó su gran momento. Brilló en la contrarreloj al ser quinto a poco más de medio minuto de Stephen Cummings pero mejor aún estuvo en la jornada reina en la exigente ascensión a Mont Faron. Allí, a falta de cuatro kilómetros, atacó logrando marcharse en solitario. Fue a falta de 500 metros cuando Jean – Christophe Peraud le alcanzó doblegándole en un ataque posterior. Firmó la segunda plaza, a cinco segundos del francés, cerrando la clasificación general en una meritoria cuarta plaza siendo el mejor joven por delante del ganador en Bessèges, Tobias Ludvigsson.
Dos competiciones, dos resultados que resalzan no solo el futuro de Eduardo Sepúlveda sino el presente de un corredor que por méritos propios se ha convertido en el ciclista más destacado del Bretagne – Séché Environnement. Su sueño, el World Tour, queda más cerca con demostraciones como San Luis y Mediterráneo que deberá dar continuidad en sus próximas pruebas. Haut Var, Sud Ardèche, Drôme Classic, París – Niza, Cholet y Critérium Internacional se presentan en un horizonte cargado de días de competición donde el argentino buscará seguir apoyándose en sus puntos fuertes, la contrarreloj, y su creciente rendimiento en la montaña para confirmar este gran inicio de campaña.