Sonny Colbrelli (Desenzano del Garda, 1990) es un coleccionista de puestos de honor. El velocista italiano, profesional con los de Reverberi desde 2012, es un ciclista regular, que siempre está metido en la pomada, pero al que le falta rematar. Imponerse en un sprint, levantar los brazos, saborear un triunfo individual. Unos hechos y sentimientos que todavía no ha podido tener en profesionales. Solamente la contrarreloj por equipos del Giro de Padania’12 aparece en su palmarés.
El comienzo de la presente campaña acentúa este hecho que se ha convertido en su sino en el pelotón. Quinto, cuarto y tercero en sendas etapas de la Estrella de Bessèges; tercero, cuarto y tercero en otros tantos sprints en el Tour del Mediterráneo. Cerca, pero la victoria sigue esquiva. Una lejanía que también se constató en las otras dos campañas en las filas de la Bardiani – CSF. En su estreno comenzó coleccionando puestos en San Luis, Langkawi, La Sarthe o Dinamarca. Dieciocho puestos entre los diez primeros destacando el segundo puesto sumado en la Coppa Bernocchi detrás, precisamente, del corredor al que tuvo que supeditarse en las dos temporadas anteriores a ésta, Sacha Modolo. Su compañero de equipo eclipsó al resto de velocistas manteniendo a su servicio a un Sonny Colbrelli que al mismo tiempo trató de aprovechar sus oportunidades.

Colbrelli se tiene que contentar con contemplar las victoria de adversarios. (c) Tour del Mediterráneo
Esta situación se volvió a repetir en 2013. Trece top10 donde figuran destacados segundos puestos, momentos en los que el triunfo estuvo cerca. Fue el caso de la Volta Limburg Classic donde fue derrotado por Rüdiger Selig, un parcial en Dinamarca donde poco pudo hacer ante el empuje de Magnus Cort Nielsen y el Tour de Almaty donde encabezó al pelotón que no pudo atrapar a Maxim Iglinskiy.
La marcha de Sacha Modolo a Lampre – Merida abrió un nuevo horizonte a Sonny Colbrelli que, como estamos viendo en este inicio de año, se ha convertido en el velocista titular de la Bardiani – CSF a expensas del crecimiento que pueda deparar el neo Niccola Ruffoni. Su objetivo será, a corto plazo, tratar de sumar la primera victoria individual. Una victoria que no logra desde el 28 de agosto de 2011 cuando, todavía como dilettanti, se impuso en el Memorial Guido Zamperoli por delante de su actual compañero Filippo Fortin.
Y es que en la etapa amateur en las filas del Zalf Désirée alcanzó la cifra de once triunfos destacando el nivel mostrado en 2010, cuando cerró la campaña con siete dianas y otros tantos puestos de honor compitiendo en el Mundial de Geelong -sexto en el sprint donde Michael Matthews se proclamó Campeón del Mundo sub23-. Recordar estas sensaciones serán su anhelo en 2014; Laigueglia, su próxima parada, puede ser el punto de inflexión de la racha de Sonny Colbrelli.