Miguel Indurain López de Goicoechea. El nombre, pero sobretodo el apellido hablan por sí solos. El hijo del gran campeón español, Miguel Indurain, debuta en 2014 en sub23. A sus dieciocho años, el navarro da un paso más para seguir el camino que le llevó al éxito a su padre un cuarto de siglo atrás. Recuerdos de triunfos del pasado que siempre llevará consigo. Recuerdos que también reflejan la figura de Miguel Indurain. Todavía lejos de desarrollarse físicamente, su planta rememora mucho a su padre. Más de 185 centímetros de estatura y piernas largas resaltan el porte de una prometedora promesa del ciclismo nacional.

Miguel comenzó a centrarse en el ciclismo hace seis años. “En 2º de la ESO, con 12 años. Dejé el fútbol porque estaba cansado de jugar, y porque no era muy bueno, y decidí hacer otro deporte. Comencé a andar un poco en bici y seguí, seguí. Vi que me gustaba y en juveniles ya di un poco más el salto. Estudié menos y anduve más en bici y dio sus frutos. Eso me permitió pasar a sub23” relata a Cobbles & Hills. Un paso que siempre ha contado con el apoyo incondicional de su padre. “Mi padre siempre me dijo que hiciera lo que me gustase, siempre me ha apoyado con lo que hiciera, tanto en el fútbol como en otros deportes, así como en la bici”.

Induran posa con los colores de Caja Rural. (c) @iraiacalvo

Induran posa con los colores de Caja Rural. (c) @iraiacalvo

Su último año de juveniles estuvo marcado por el doble título navarro de la categoría cosechado tanto en línea como contrarreloj. Un hecho que llamó la atención a los equipos más potentes de la categoría sub23 ante el inminente paso de Miguel Indurain. De entre todos, eligió fichar por Caja Rural. “Creo que es un buen equipo. Siempre había oído hablar muy bien de ellos, de verles en la Vuelta a España. Siempre he querido correr en Caja Rural. Tuve otras ofertas de otros equipos, estuve decidiéndome pero creo que he elegido bien tanto por las opciones que me daban como por el grupo” afirma. También estuvo la opción de Lizarte, equipo satélite de la estructura donde compitió durante toda su carrera deportiva su padre. “Tuve la opción de Lizarte, estuve hablando con Manolo Azcona pero me decanté fichar por Caja Rural” sentencia Miguel Indurain, muy convencido de correr con el verde y blanco de los navarros.

Un convencimiento al que ayuda, claro está, su padre. “Me da consejos pero se mantiene al margen de todo” afirma el corredor que comparte kilómetros de entrenamiento junto a su progenitor. Consejos y ayuda no le faltarán en este primer año como sub23. El salto de categoría así como la exigencia de la misma y compaginar estudios hacen de la campaña 2014 un paso difícil para Miguel Indurain. “El primer año va a ser duro, muy exigente. Estoy estudiando a la vez, ADE y Derecho, va a ser complicado” manifiesta. Por ello, lógicamente, no quiere centrar ningún objetivo para la temporada entrante. Sabedor de la dificultad y la presión que soportará espera “quitar el aire a mis compañeros” más allá de pensar en metas personales.

“Le veo con ilusión y ganas”

Una frase que relata Miguel Indurain padre en referencia al salto de categoría de su hijo. Frente a la figura proteccionista de su mujer que siempre fue reacia a que su hijo se dedicase al ciclismo, Miguel Indurain no esconde la felicidad de que la saga familiar siga con las dos ruedas. “Él hacía otros deportes, primero comenzó con el fútbol. A mí me gusta que haga más bici que otros deportes que me van menos. El fútbol lo suelo ver pero no soy un gran aficionado. La bici me ha gustado y me sigue gustando. Que haga bici me tira más” afirma el campeón navarro.

El ascenso a sub23 es el primer paso para ello. “Le veo con ilusión, ganas. Él quiere probar en esto de la bici. Ahora cambia de equipo, hasta ahora siempre había estado en escuelas, cambia de carreras, desarrollos. Es un cambio importante” confiesa Miguel Indurain sobre la dificultad que entraña el nuevo escenario que se abre para su hijo en las filas de Caja Rural, un fichaje en el que no se ha entrometido. “Él lo ha gestionado, yo no me he metido para nada. Lo llamaron bastantes equipos, unos porque me conocían a mí, otros porque hablaron con él en las carreras. Él decidió. Caja Rural le dejaba más libertad, porque está estudiando, le dejaron un comienzo más tranquilo. También conoce a algún compañero que han venido este año” concluye.

Lo que si está claro, y puede ser uno de los grandes miedos, es el peso del apellido. Muchos son los deportistas que presionados por los resultados de sus progenitores transcurrieron su carrera deportiva muy por debajo de las expectativas marcadas, en cierta medida superaras por éxitos anteriores. “El apellido o lo puedes pesar o le puedes sacar ventajas. Depende de como lo enfoques. Él desde pequeño ha vivido con eso y lo lleva bastante bien. Él lleva su forma de correr, de llevar las cosas, a veces le pesará y otras veces lo sacará partido. Hay que equilibrar la balanza y sacar la parte positiva de ello” sentencia Miguel Indurain al que parece no preocuparle el peso que pueda llevar sus hazañas.

Por el momento es turno de esperar, de que crezca y se consolide en la categoría sub23. Inevitable es el pensamiento que gira en torno a su figura, el nacimiento de una joven estrella nacional puede estar dando sus pasos. Como siempre, el tiempo nos dirá. Por el momento es esperanzador cuanto menos, su parecido es indudable.