Un sueño que ocurría y apenas era recordado, una noción conocida pero al mismo tiempo extraña. El profesionalismo era esquivo a Marcos Jurado (Pedro Muñoz, Ciudad Real, 1991). El corredor de Seguros Bilbao, como otros tantos prometedores ciclistas españoles, veía como la oportunidad de pasar al campo profesional no acababa de cuajar o, simplemente, no llegaban propuestas. En esas se encontró el manchego, quien dudaba de alcanzar el paso. “No lo esperaba porque después de haber tenido varios equipos cerca y ver que ninguno acababa de cuajar veía la posibilidad de no pasar más cuando abandonas ser sub23 y parece que pasas de moda. Está esa percepción cuando llegas a élite, tanto como por parte de los corredores como el ambiente que hay en amateur, parece que se te cierran todas las puertas. Por otro lado siempre tuve la esperanza de encontrar la oportunidad”, afirma a Cobbles & Hills.
Esa oportunidad ha llegado de un lugar inesperado, Serbia. El conjunto Keith Mobel – Partizan ha hecho cumplir el sueño de ser profesional a Marcos Jurado. A él, como a otros tantos, salir al extranjero ha sido la única opción de alcanzar la meta con la que todo ciclista sueña. “El ciclismo está muy globalizado y habiendo mercado tanto por parte de patrocinadores, sponsors y carreras de tantos lugares, la verdad es que tenía la percepción de salir al extranjero con las pocas oportunidades que tenemos en España en cuanto a equipos”.
Una idea que mantiene buena parte de la categoría sub23 donde los corredores son sabedores de las pocas oportunidades que cuentan para pasar a profesionales y de la ocasión que representa competir con la selección española. “Hay pocas oportunidades y las que te surgen con la selección hay que tratar de aprovecharlas al máximo. La desgracia es que suelen ser pruebas de un día donde los sub23 nos jugamos mucho y hay mucha tensión y no siempre respondes. Por otra parte espero que el tema cambie y más que esperanza se enfoque el pensamiento a que esa oportunidad pueda llegar”.
Para él, por suerte, acabó de cuajarse el paso a profesionales después de un camino de altibajos. “Desde mediados de noviembre llevaba fraguándose esta y otras posibilidades. Tenía la idea de competir en amateur porque no quería tener esperanzas de saltar a profesionales y llevarme una decepción. Mejor fue tener la idea de seguir como estábamos, que no estábamos mal, y si surgiera la oportunidad mejorar y, si no, continuar en Seguros Bilbao”. Y al fin esa oportunidad llegó, el Keith Mobel – Partizan llamó a la puerta de Marcos Jurado. “Se pusieron en contacto a lo largo de la temporada pasada. Se ha hecho en pocos días porque conocíamos el proyecto, perspectivas y José Antonio [Ortuño] quería, pero hasta que esto no lo tramita y lo confirma la UCI no es seguro. Esto de Serbia surgió hace semana y media”, confirma el ciclista manchego.
Allí compartirá plantilla con otros cinco españoles y otros tantos compatriotas en el staff, una situación que aporta comodidad para dar el salto en el extranjero. “La mayoría de corredores españoles nos conocemos de la categoría juvenil amateur y nos da cierta tranquilidad y apoyo para conseguir un buen ambiente y cercanía”. Una percepción que encontrará en las próximas fechas cuando se reúna el equipo al completo y se presente el proyecto. “Tenemos una concentración en breve. Sé que competiremos en categoría Continental y dependeremos, como la mayoría de equipos, de invitaciones de los organizadores. Habiendo un número elevado de españoles tenemos la esperanza de que determinadas carreras nacionales nos inviten. Luego iremos donde consigan carreras. Están muy interesados en centroeuropea”, sostiene Marcos Jurado.
Sin conocer todavía el calendario, se centra en unos objetivos claros en su primer año en el pelotón profesional. “El primer objetivo es intentar conocer la categoría, está claro, porque el estilo de la categoría amateur donde se sale a tope al ser carreras cortas cambiará. Me quiero adaptar e intentar hacer todo lo que pueda con los compañeros, aprender y aprovechar las oportunidades que irán surgiendo tanto para publicitar el equipo como para satisfacción personal”.
Además, deberá ir poco a poco asimilando el concepto de ciclista que aspira a ser, el perfil de corredor que puede llegar a convertirse. “No tengo el concepto claro de corredor que puedo ser pero sí tengo una perspectiva. En amateur las carreras que mejor me han venido son carreras por etapas y recorridos de largo kilometraje cuando los he preparado a conciencia. Por ejemplo, Copa de España, con distancia similares a profesionales, con temas de estudio y Universidad siempre me ha costado rendir pero luego en las pruebas de resistencia siempre me ha ido bien. Tengo la esperanza de inclinarme hacía esos aspectos y mejorar pero después, con el tiempo, habrá que verlo. Tengo que potenciar la contrarreloj, continuar en esa faceta y mejorar en los prólogos porque, según lo que he podido ver, abundan en la categoría y es algo que en amateur no solemos hacer mucho. También tengo que intentar mejorar en la subida porque en las vueltas estoy con la gente de delante sin llegar a destacar, pero me defiendo, y en las pruebas de un día”.
Lo que sí está claro es que se unirá al espíritu aventurero que reina en Ciudad Real, una provincia donde los ciclistas están haciendo las maletas para correr en el extranjero. Sergio Pardilla, José Vicente Toribio, Raúl García de Mateos, Vicente García de Mateos e incluso Pedro Merino, aunque finalmente no salió el proyecto del Polygon Sweet Nice, tomaron la alternativa de salir fuera. “Parece que hemos heredado el espíritu aventurero de Cervantes y se ve que nuestra familia o los centros educativos nos inculcan su filosofía”, sostiene entre risas Marcos Jurado. “Más que en Ciudad Real salvo la gente que está en Movistar Team y Caja Rural – Seguros RGA, el resto se tiene que buscar la vida fuera. Bienvenido sea y que no falte”.