Tras la aventura por tierras americanas de la pasada temporada, el punto culminante de la temporada de ciclocross regresa a su corazón. Tras meses de preparación y competición, llega por fin la semana grande de las ruedas anchas a la fronteriza localidad neerlandesa de Hoogerheide, que recibirá cinco años después un Mundial al que los ‘oranje’ aspiran por primera vez, precisamente, un lustro después. Tras deslumbrar en su periplo como sub23, a Lars van der Haar le ha llegado el momento de demostrar ante los mejores que la promesa se ha transformado ya en una realidad.

Contra él, como siempre, el imponente escuadrón belga que llega sembrado por las dudas de una campaña más que discreta para sus posibilidades en la Copa del Mundo. Hay que remontarse quince años hasta la última ocasión en la que los ciclistas flamencos no lograron, al menos, la mitad de los triunfos en la competición por etapas por excelencia; y uno más para ver a dos ciclistas de otro país en lo más alto de la clasificación final. En definitiva, un año desastroso en el que se volverán a encomendar a Sven Nys y Niels Albert para apaciguar la fogosidad de los Francis Mourey, Phillip Walsleben y ¿Zdenek Štybar? Concentrado en Mallorca, su participación sigue en el aire y no será desvelada hasta el próximo jueves.

No obstante, su presencia o ausencia no debería ser definitiva para poder disfrutar de una carrera que se antoja espectacular no sólo en la categoría reina, sino también en las pruebas junior, sub23 y féminas. Ya sea por el pronóstico incierto existente en la cita entre los más jóvenes, con muchos imberbes llamados al arco iris; o por los tremendos duelos que se figuran en el horizonte entre Wout van Aert y Mathieu van der Poel, así como de Marianne Vos contra Katie Compton, respectivamente. En ambos casos, unos y otros han impuesto una bicefalia inalcanzable con el paso de las carreras que, pese a presentarse en las dos pruebas ligeramente decantada de cara a los anfitriones, hace pensar en un mano a mano extenuante hasta la misma línea de meta.

Muchos ingredientes para no perderse las dos intensas jornadas de competición a las que añadir, además, las esperanzas en el papel que pueda hacer la delegación española, una de las mejores en conjunto de los últimos años a pesar de las ausencias por lesión de Egoitz Murgoitio o Alex Aranburu. Si bien la distancia con los grandes corredores del Norte es aún grande, hay calidad en todas las categorías para hacer un papel digno, especialmente en una prueba sub23 en la que Jonathan Lastra tratará de superar, en su despedida del ciclocross, el decimoquinto puesto del pasado año.

De todos modos, todo esto se tendrá que desvelar sobre la pradera, ya veremos si seca, embarrada o helada, del Brabante el próximo fin de semana, donde se esperan 50.000 personas viviendo ‘in situ’ las carreras para ver a los cuatro nuevos portadores del arco iris de barro. Y ahí estaremos nosotros para contároslo, ¡metidos en el barro hasta las rodillas!

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