Todas las quinielas le apuntan. Una vez sacudida y eliminada en Louisville la suerte de maldición que mantenía durante años con el campeonato mundial, Sven Nys se presentará el próximo domingo en la línea de salida como favorito número uno a lograr el triunfo y a revalidar el arco iris que lograra el pasado año en tierras americanas. Y no sin razón, a tenor del exigente y técnico circuito que se espera en Hoogerheide, ideal para sus características y para facilitar una prueba selectiva que evite sorpresa alguna, y sobre todo, de la bestial condición física que ha mostrado durante el último mes.

©Cobbles&Hills

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Los ejemplos suman tanto casi como carreras desde la inmejorable y hermosa despedida que dio a su Colnago con una tremenda exhibición en la noche de Diegem. Leuven, su gran premio en Baal y el campeonato nacional han sido los otros tres feudos en los que el ‘Kanibaal’ se ha mostrado implacable, dominando en todos ellos a sus rivales y al recorrido a su antojo, ya fuera rompiendo desde el inicio o jugando al gato y al ratón con ellos esperando al momento preciso para dar su zarpazo. Incluso en Roma, donde se tuvo que conformar con la tercera plaza, dejó muestras de su momento dulce con una remontada espectacular que bien pudo culminar satisfactoriamente.

En definitiva, está pletórico y, por si fuera poco, va a llegar fresco tanto mental como físicamente al gran día de la temporada tras no haber sido de la partida en Nommay y llegar de diez días de retiro en Mallorca, donde ha podido entrenar lejos de los focos de la prensa belga, con tranquilidad y solvencia, para poder dar el máximo el máximo el domingo. Unos condicionantes que, junto al mero hecho de llamarse Sven Nys, le sitúan como el objeto de todas las miradas y la indudable rueda a seguir. Un rol de referente que puede ser un arma de doble filo para sus aspiraciones.

Por un lado, el más que presumible papel protagonista que deberá tomar una vez comience la competición posiblemente le dará cierta iniciativa para plantear la carrera como más le convenga, al menos respecto a las candidatos de segunda fila, los que podrían acometer la lucha por el arco iris con cierta prudencia temerosos del poderío con el que aparentemente contará el corredor de Baal. El miedo a dar un paso en falso que cueste a algún ciclista toda opción de conseguir un buen resultado puede ser una traba demasiado prieta y dar lugar que algunos se queden a la expectativa de lo que plantee Nys, para quien no debería haber ningún problema para plasmar su plan sobre el barro si la carrera le va de cara, sobre todo si tenemos en cuenta que, en el ciclocross en general y en este trazado en particular, ni los rebufos ni el aprovechamiento del esfuerzo ajeno resultan demasiado efectivos.

No obstante, todo podría torcerse, y es ahí donde su situación de manifiesto favorito se volvería en su contra, ya que él será quien deba asumir la total responsabilidad de la persecución en el caso de que su tercer título universal se pusiera cuesta arriba. De producirse un corte en el que si viera involucrado, será él quien deba cerrar la fractura; de verse acometido por un ataque, será quien debe encabezar la caza; y de sufrir alguna avería, no recibiría ayuda alguna de nadie –de no haber, que no se esperan, órdenes de equipo en su favor; o de verse rodeado de caballeros corajudos como Albert o Van der Haar que trazarán su guion maestro sin fijarse en el dorsal de quien tengan detrás-. Meras eventualidades que exigirán un sobreesfuerzo –tanto físico como psíquico- del que difícilmente encontrará escapatoria y que bien podría pagar en los diez minutos extra de los que constará la prueba en comparación del resto de días de la campaña.

En cualquier caso, la cabeza no debería ser problema para un Nys al que el cartel de favorito no le resulta ni mucho menos ajeno, así como está más que acostumbrado a lidiar con la presión de ser la gran referencia. Inteligente y experto como nadie, tiene el poso suficiente para poder solventar cualquiera de estas situaciones sin perder los nervios, más si cabe con las excelentes piernas que con total seguridad presentará en la parrilla, al menos sobre el papel. Veremos si vuelve a dibujar con precisión las líneas maestras a pesar de las peliagudas tesituras que afronte, o sí por el contrario se vuelve de nuevo impotente ante una cita que, casi siempre, ha jugado en su contra.