La pasada edición del Giro de Italia tuvo todos los ingredientes necesarios para permanecer en la memoria del aficionado durante mucho tiempo: épica, ataques, mal tiempo y continuos cambios de guión. Y quizás todo eso no hubiese pasado sin la etapa número once con final en L’Aquila, donde en una jornada larguísima (262 km) y con un tiempo de perros el pelotón permitió que una escapada de nada más y nada menos que 50 corredores tomase ventaja y llegase a meta finalmente con más de doce minutos de ventaja sobre el grupo principal, en donde los favoritos tuvieron que ponerse a tirar en primera persona para intentar recortar la ventaja de los de delante.
Antes de llegar a este punto de la carrera ya habían ocurrido cosas dignas de mención; el Giro comenzó con un prólogo y dos etapas en Holanda, con victorias para Wiggins, Farrar y Weylandt respectivamente y multitud de caidas y cambios de líder en las estrechas carreteras del Norte de Europa. De vuelta en tierras italianas se disputó una contrarreloj por equipos que demostró el fantástico punto de forma del Liquigas, que se llevó la etapa y vistió de líder a Nibali, que había entrado en la convocatoria a última hora por Pellizotti. Las dos etapas siguientes se las llevaron Pineau y Lloyd en sendas fugas, y fue al día siguiente cuando se vivió uno de los mejores momentos de la temporada pasada bajo el barro y la lluvia de Montalcino. En una jornada en la que se recorrían tramos de la Montepaschi Strade Bianche y después de la caída de Nibali en un descenso por delante se formó un grupo con Evans, Vinokourov y Cunego entre otros, mientras por detrás Nibali y Basso intentaban deseperadamente darles caza. La etapa finalmente se la llevó Cadel, dejandonos una magnífica estampa con el maillot arcoiris embarrado en la línea de meta, mientras que Vinokourov recuperaba la maglia rosa que había perdido en la contrarreloj por equipos.
El final en alto en el Terminillo no dió mucho juego entre los favoritos, con victoria de Sörensen desde la escapada, y las dos siguientes etapas se las acababan llevando en sendos sprints Goss y Farrar antes de la ya mencionada etapa de L ‘Aquila, que se llevó el ruso Petrov. El maillot de líder pasaba a Richie Porte, y los favoritos obligados a no dejar pasar ningún día si querían ganar el Giro aprovecharon la siguiente etapa, en principio intrascendente, escapandose todos ellos excepto Evans (ocupado en pelearse con Daniele Righi) a poco de meta, llegando con diez segundos sobre el pelotón y con victoria para Pozzato con la tricolore. Otra escapada intrascendente al día siguiente con victoria para Belletti, llegando así al primer gran bloque montañoso, en cuya primera etapa Nibali conseguía su primer triunfo en el Giro marchándose en el descenso del Grappa mientras que por detrás llegaban Basso, Scarponi y Evans. Tocaba Zoncolan el próximo día, y en sus rampas Basso cimentaba su triunfo final por delante de Evans y Scarponi, en tanto Arroyo defendía lo mejor posible su recien adquirida maglia rosa, que también lograría mantener al día siguiente en la cronoescalada a Plan de Corones con victoria para Garzelli. Tocaba esperar al segundo bloque de montaña para decidir al ganador, pero antes de eso Monier conseguía alzarse con una gran victoria para el Cofidis y Greipel lograba su ansiada victoria de etapa en la meta de Brescia.
Quedaban dos grandes oportunidades para Basso, Nibali y cia. para lograr soltar a Arroyo en dos de los grandes mitos de esta prueba: el Mortirolo y el Gavia. Y ya en la primera oportunidad para hacerlo lograron tumbar al de Talavera de la Reina, pero este vendió cara su piel con un extraordinario descenso del Mortirolo que a punto estuvo de lograr contactar con el trío delantero (Basso, Nibali y Scarponi) pero finalmente el esfuerzo combinado de estos tres logró dejar al grupo de Arroyo a más de tres minutos en Aprica, quedando la clasificación final bastante decidida antes de la maratoniana jornada el día siguiente con final en el Tonale. Allí ninguno de los favoritos se movió excepto en los kilómetros finales, con victoria para Tschopp que privó a Simoni de lograr un digno final en su último Giro, quedando así la victoria final de Basso prácticamente sentenciada a falta de la crono del último día en Verona, con victoria para Larsson y que terminó de decidir el último cajón del podio a favor de Nibali. Evan se llevó el maillot de la regularidad y Lloyd el de la montaña, con el Liquigas como claro vencedor de la mejor clasificación por equipos y Porte el de mejor joven. En definitiva, un Giro vibrante y que esperemos que se repita este año.
VV il Giro
Clasificación Final:
1. BASSO Ivan LIQ
2. ARROYO DURAN David GCE a 1’51”
3. NIBALI Vincenzo LIQ a 2’37”
4. SCARPONI Michele AND a 2’50”
5. EVANS Cadel BMC a 3’27”
6. VINOKOUROV Alexandre AST a 7’06”
7. PORTE Richie SAX a 7’22”
8. SASTRE CANDIL Carlos CTT a 9’39”
9. PINOTTI Marco THR a 14’20”
10. KISERLOVSKI Robert LIQ a 14’51”