Llegó, vio y venció. Arribó en invierno en el equipo Astana tentado por un contrato al nivel de los más grandes y no ha defraudado. Ha ganado el Giro de Italia con notable autoridad fruto de un salto cualitativo demandado para pelear por lo máximo y que efectivamente se ha producido. En 2013 hemos encontrado al fin la versión más fiable de Vincenzo Nibali, más consistente y con un calendario más seleccionado que nunca. Todo ello y pese al desenlace de Vuelta a España y Mundiales arroja un balance que pese a ser positivo podría haber resultado de ensueño.

Comenzó tranquilo allá por el mes de enero en el Tour de San Luis. Tanto en Argentina como en Omán se vio superado por corredores de la talla de Alberto Contador, Cadel Evans, Joaquím Rodríguez o Chris Froome. Un mero espejismo, como la idea de que marchara al exótico equipo kazajo en busca únicamente de la rentabilidad. A mitad del mes de marzo con Froome en modo apisonadora y con el resto de rivales mencionados -y muchos otros- en liza, revalidó la prestigiosa Tirreno Adriático protagonizando además uno de los momentos de la temporada, una jornada para el recuerdo. Así es el.

Así es Vincenzo Nibali. Capaz de hipotecar todas sus opciones de victoria en un Mundial antes que esconderse ante su afición. Así corrió en Florencia y en la decisiva etapa del Angliru unos pocos días antes en la resolución de la Vuelta a España. Y tantas otras veces. Carismático y valiente, impulsivo como cada una de las veces anteriores pero un poco más fiable en 2013. Éste ha sido el matiz diferencial. De esa forma ganó el Giro de Italia, su segunda `grande´. Administró su tiempo y la desventaja de sus adversarios y ganó sobrado ante unos rivales uno y dos escalones por debajo de su nivel. El duelo con Wiggins por el Giro se había resuelto en el Trentino donde ya se dejaron entrever algunos de los problemas que viviría el lider de Sky. Y esto es lo más cerca que ha estado de no vencer en Italia. Con el fin de la amenaza de Wiggins se despejó el camino hacia el rosa.

Vincenzo Nibali logró con solvencia el principal objetivo de la temporada (c) Giro d´Italia

Vincenzo Nibali logró con solvencia el principal objetivo de la temporada (c) Giro d´Italia

Tras materializar el gran objetivo de la temporada llegó el otro. En la Vuelta a España partió tan favorito como en el Giro pero aquí si que hubo un artista invitado al que nadie esperaba. El insospechado nivel de Chris Horner privó del doblete al siciliano. Ni la contrarreloj ni los numerosos ataques en el Angliru, contra todo pronóstico el americano alzaba los brazos en Madrid con Nibali segundo, testigo privilegiado de un prodigio de nuestro deporte.

Una semana más tarde en Florencia todo lo que pudo hacer fue dignificar el papel de los ciclistas italianos ante su afición. Cuando se vació se decidió la carrera y lejos de convertirse en el vencedor moral, si lo ha hecho en la memoria de muchos aficionados. Esto ha sido 2013 para Vincenzo Nibali, un año de reivindicaciones, una temporada para saborear lo mejor y lo no tan bueno del deporte. Una temporada que sirve para crecer en su palmarés particular y que sienta las bases para el más fiable aspirante a discutir el amarillo a Froome en el Tour de 2014. Grande por lo que representa y por lo que transmite.