Si hace dos semanas alguien hubiera apostado por un doblete ganador de Lars van der Haar (Rabobank Development Team) en las rondas iniciales de la Copa del Mundo, pocos le habrían tomado en serio. Poco más que un serio aspirante a las plazas del cajón y título honorario de ‘crosser’ más capaz nacido allende las fronteras belgas eran las realistas expectativas que se tenían en torno al de Ameersfoort de cara a la presente campaña, en la que las victorias si bien no se suponían imposibles, sí ciertamente difíciles ante el póker de ases flamenco. Sin embargo, pasadas las dos primeras mangas el neerlandés se encuentra como destacado líder tras reeditar su victoria del pasado domingo en Tábor, donde aprovechó la carrera especulativa de los grandes favoritos para abrir un hueco desde el comienzo -fiel a su estilo valiente- junto a Phillip Walsleben (BKCP – Powerplus), a quien superaría en el sprint final. Kevin Pauwels (Sunweb – Napoleon Games) salvó la honrilla de una pobre selección de De Bie.

Un combinado de campanillas al que no le benefició nada el día con el que amaneció la ciudad bohemia. Un sol de justicia y temperaturas más propias de los albores de la primavera presentaban más que un circuito, un tapete. Si a eso añadimos la escasa dificultad -tanto física como técnica- que plantea por defecto el trazado checo, todo hacía presagiar la carrera en grupo que se vio durante los primeros minutos. Ni el ritmo de Francis Mourey (FDJ.fr), ni la buena salida de Niels Albert (BKCP – Powerplus), ni la buena colocación del resto de favoritos consiguió romper durante las la primera vuelta a un grupo en el que nadie parecía dispuesto a soltarse de la rueda de su predecesor. 25, 30, 40… era difícil enumerar la cantidad de ciclistas que rodaron en fila india durante el intento inicial del campeón francés, que no tardó en verse relevado por Van der Haar en primera instancia, y poco más tarde, por Walsleben.

Como hiciera en Limburgo seis días atrás, el alemán no tardó en poner la carne en el asador con el primer cambio de ritmo realmente fuerte de la carrera. Mediado el segundo giro, conseguía hacer perder la estela de Van der Haar a Klaas Vantornout (Sunweb – Napoleon Games), que veía como la rueda del dúo de cabeza se le alejaba unos metros. Nada serio, hasta que en el paso por meta empezó el mamoneo flamenco. El de Torhout se abría esperando ayuda y sólo el suizo Julien Taramarcaz (BMC MTB Racing), falto de ritmo y arrastrando un verano en el que su preparación ha sido inadecuada, respondía al llamamiento, mientras por delante en campeón neerlandés se animaba al ver el trecho conseguido y tiraba aún más fuerte que su rival para aumentar la sangría. Pronto la diferencia ya se elevaba hasta los veinte segundos. Pese a ello, a ninguno de los grandes favoritos pareció inquietarle que primero y tercero en el Caubergcross abrieran juntos camino y colaboraran, y fue Martin Bína (Kwadro – Stannah) quien intentó echar abajo el margen espoleado por su afición, pero fue un quiero y no puedo. Bart Aernouts (AA Drink) fue el siguiente de una lista de hombres que no sólo no recortaba, sino perdía más y más tiempo.

Así se llegó a la cuarta vuelta, en la que incluso Egoitz Murgoitio (Grupo Hirumet) y Enrico Franzoi (Selle Italia – Guerciotti) empalmaban con el grupo ante la carente falta de ritmo. Fue entonces cuando llegó el primer movimiento de Pauwels, que con una facilidad pasmosa dejaba atrás a los demás y se iba en busca de Van der Haar. Sí, solamente detrás del holandés después de que éste hubiera sufrido una caída que había dejado a Walsleben como líder en solitario. El ritmo del ciclista de Sunweb-Napoleon Games aumentó la tensión en el grupo y se produjo la caída y la eliminación completa de la lucha por la Copa del Mundo de Sven Nys (Crelan – Euphony), que tras su fuerte golpe no hizo sino perder posiciones hasta finalizar en la vigésimo-segunda posición que sumar a su abandono en la primera carrera.

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Foto: @Dorsal51

Momento clave en el que la reacción de Van der Haar y Albert marcaría el devenir de competición. El primero se levantaba enrabietado y en apenas un giro reducía a nada los quince segundos que había llegado a acumular su rival germano, mientras el segundo saltaba como un rayo hasta la rueda de Pauwels, descomponiendo definitivamente el pelotón y conformando un cuarteto perseguidor formado por Pauwels, Vantornout, Mourey y él mismo, que sería el principio del fin para las aspiraciones de los belgas. En el sexto paso por la recta de meta, Albert se apartaba y pedía un relevo que no llegaba. A pesar de que la fatiga estaba comenzando a llegar a la cabeza de carrera, el orgullo de los capataces flamencos les llevaba a no aunar esfuerzos para luchar por la victoria, ni siquiera para buscar la rueda de un Mourey que se cansó de esperar. El galo aceleraba con rabia y dejaba completamente tirado al trío belga, que bien podía haber perdido toda opción de podio de no ser por un salto de cadena que le hizo volver con ellos cuando ya vislumbraba a Walsleben y Van der Haar en la distancia.

Por delante mientras fue el neerlandés quien llevó la pauta estos los últimos giros, imponiendo un ritmo que hacía retorcerse al ‘crosser’ de BKCP-Powerplus para mantener su rueda y elevar la distancia por encima del medio minuto. Sin embargo, Walsleben se defendió como gato panza arriba e incluso pudo sofocar un ataque de su rival durante uno de sus pasos por boxes, aunque era patente que el cansancio hacia mella en él y trataba de tomar la primera posición para calmar el ímpetu de Van der Haar. Una táctica que se volvió finalmente en su contra. El campeón de los Países Bajos, sabedor de la buena renta que mantenían y de su tremenda punta de velocidad, dejó todo el peso en la vuelta definitiva a su rival. El alemán trató de acelerar, de mantener una marcha constante pero no tenía gas; incluso Mourey se acercaba peligrosamente con un último zarpazo que sólo Pauwels pudo resistir. Van der Haar en cualquier caso fue paciente y consiguió lo que quería, llegar al cara a cara con Walsleben, en el que sus cualidades, fortaleza y frescura no dejaron dudas.

El neerlandés conseguía la segunda victoria consecutiva y confirmaba su liderato en la Copa del Mundo sobre un Walsleben que ha tenido un comienzo de temporada muy por encima de sus expectativas. La tercera plaza tanto hoy como en la general va para Pauwels, que coció a Mourey y esperó al momento adecuado para darle la puntilla. Pero el puesto más importante es el de Egoitz Murgoitio, que tras finalizar duodécimo en Tábor (tras una lucha encarnizada con Franzoi y Van Amerongen por la décima plaza) se aúpa por primera vez entre los diez mejores de la clasificación del mejor torneo del planeta.