Una semana ha pasado desde que Rui Costa se alzase con el maillot arcoíris en Florencia y los cinco ciclistas que el pasado domingo se jugaron tan preciada prenda tras la selección en Fisole volverán a ser de la partida en la cita lombarda. El propio Mundial evidenció la gran igualdad entre Vincenzo Nibali, Alejandro Valverde, Rui Costa, Rigoberto Urán y Joaquim Rodríguez, pero fueron los dos últimos los que acabaron la carrera en la Toscana con peor sabor de boca y, heridos en su orgullo, querrán resarcirse llevándose la última gran carrera de la temporada, Il Lombardia.
Rigoberto Urán
Fue el gran responsable de que el dúo que formaban Joaquim Rodríguez y Vincenzo Nibali tras la subida a Fisole se convirtiese en fugazmente en un quinteto del que quedó apeado tras una inoportuna caída tras haber conducido el descenso. Sus opciones mundialistas se le escapaban en apenas un segundo tras haber sido protagonista junto a la selección colombiana durante la última vuelta. Pero el Mundial ya es pasado, y en su despedida del Team Sky intentará redimirse y dar a Colombia el primer Monumento de su historia tras haber subido al podio en 2009 y 2012.
Para ello su escenario ideal es una carrera en la que un grupo, cuanto más reducido mejor, se plante en Villa Vergano para jugarse la Clásica de las Hojas Muertas, donde debería aprovecharse de la vigilancia entre el resto de favoritos para lanzar su ataque en la parte inicial de la subida antes de llegar a los terroríficos últimos metros. De ese ataque, sin embargo, parece difícil que pudiese salir en solitario, así que sus opciones estarían condicionadas por un sprint en Lecco. Si la carta de Villa Vergano fallase, debería jugarse Il Lombardia en la bajada.
Joaquim Rodríguez
Si el final de Urán en Florencia fue entristecedor, el de Purito fue cruel cuando tras otro intento en solitario Rui Costa le alcanzaba a 500m y le superaba al sprint. Otra gran carrera perdida. Pero si una cosa ha quedado clara es que el catalán sabe encajar los golpes y levantarse en busca de nuevos objetivos como ocurriese el año pasado, cuando tras haber perdido la Vuelta por un despiste ganó su primera gran clásica, Il Lombardia. Así que el guión se repite respecto al del año pasado.
Y también debería repetirse en guión de la carrera, en la que el de Parets tendrá como objetivo llegar en el grupo de cabeza a la ascensión a Villa Vergano, y allí aguantar, aguantar y aguantar hasta dar el hachazo en el último kilómetro de ascensión. Como el año pasado, un ataque de los que nadie pueda seguir y que sembrando de dudas el grupo perseguidor le permita llegar en solitario con tiempo para celebrar su victoria.